Pablo Jair Ortega/Columna sin nombre
¿Anulación o judicialización en la elección de Veracruz?
Mucho se especula tanto en el estado como en la Ciudad de México, que las polémicas características de la elección veracruzana la llevarán directo a la judicialización, es decir, a resolverse en los tribunales, y posteriormente, a una eventual anulación.
Esta teoría sostiene que al ser la próxima gubernatura en Veracruz de tan sólo dos años, podría resolverse colocando un Ejecutivo interino nombrado por el Congreso Local, cuya misión sería conducir el estado hasta el nuevo proceso electoral, en el 2018, donde coincidirá la disputa por un periodo de seis años y la renovación de la Presidencia.
Ahora bien, siendo francos, para que un escenario de anulación en Veracruz fuera posible, tendría que presentarse, por un lado, algún asunto fundamentado que mostrara intromisión de recursos públicos o ilícitos en el virtual ganador, o bien, haber excedido los gastos autorizados de campaña. Ambos panoramas se ven lejanos, por el momento.
Le han llovido señalamientos al candidato de la alianza PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes Linares, de enriquecimiento ilícito hasta asuntos que rasgan la moral, pero mientras los dichos, o bien, las denuncias ante las instancias calificadas no terminen en un «culpable» o «inocente», el asunto permanecerá en el nivel de los «trascendidos», cuestión que sin duda influye en el voto, en sus preferencias, más no es una posibilidad real de anulación.
La teoría de echar abajo el proceso en Veracruz ha sonado mucho de afuera hacia adentro del estado, sin embargo, no cuenta con las circunstancias suficientes para llegar a ese destino. Se ha dicho que como en la elección de Colima se le concedió una anulación al PAN cuando ganó el PRI, le regresarían «el favor» al tricolor con la tierra que gobierna Javier Duarte. En realidad todo esto es sólo una teoría, aunque tenga resonancia nacional.
La verdad es que la elección en Veracruz se ha cerrado en los últimos 15 días. Lo que en un principio parecía cuestión de trámite para Yunes Linares hoy es distinto. Los varios escándalos mediáticos que involucran a su familia, los desafortunados debates donde tres ex panistas molestos se le van encima, su desatinada forma de manejarse en entrevistas con líderes de opinión nacionales, los señalamientos de López Obrador en su contra, aunado al crecimiento natural de su primo hermano en el PRI, han hecho que su ventaja esté cerca del empate técnico.
Hace unos días tuve la oportunidad de reunirme con dos de los encuestadores más reconocidos de México. Me reservo los nombres porque ambos han comprometido sus servicios para el día de la elección con medios nacionales. Coinciden en que la elección en Veracruz para el PRI es cuesta arriba, sin embargo, también concuerdan en que los bonos del opositor han ido a la baja.
De seguir esta vorágine mediática y escándalos que involucran a Miguel Yunes Linares, cuando aún resta un mes de campaña, podrían convertir lo que de inicio parecía un día de campo para el panista, en una carrera de galgos donde el ganador lo hará por un margen muy cerrado, y entonces sí, con pocos votos de diferencia, no vendría la anulación, pero procedería la judicialización.
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