Bernardo Gutiérrez Parra/Desde el Café
Ayer, martes 7, las autoridades de la Secretaría de Educación de Veracruz decidieron suspender las actividades administrativas de las oficinas centrales de la SEV por temor a una manifestación convocada por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que finalmente no se realizó.
En su mayoría, alrededor de 3 mil trabajadores, entre personal administrativo y docente, no se presentaron a laborar porque desde temprana hora se les avisó por las redes sociales que maestros de la CNTE tomarían las instalaciones de la SEV.
Sin embargo, ningún contingente magisterial llegó a manifestarse pese a que trascendió su malestar porque esa dependencia estatal no les ha cubierto aún algunas prestaciones económicas de fin de año, como la canasta navideña, pago de anteojos, útiles escolares, becas para trabajadores, los 5 días correspondientes a los meses de 31 días, los estímulos mensuales, trimestrales y el pago anual, entre otros.
Si deveras el gobernador Javier Duarte se ha propuesto “hacer las cosas bien” en lo que resta de su administración –tal como lo reiteró en su mensaje con motivo del tercer informe de gobierno el 15 de noviembre pasado–, entonces la educación en Veracruz no puede seguir en manos de funcionarios improvisados y timoratos que sin mayor justificación deciden emprender la graciosa huida al primer grito de un grupúsculo de maestros inconformes.
Como tampoco puede solapar que en los puestos claves del sector educativo continúen políticos con aspiraciones a cargos de representación popular, como el propio titular de la SEV, Adolfo Mota Hernández, que pretende ser candidato del PRI a diputado federal en 2015, o que estén arribando operadores electorales como el sicólogo Rey David Rivera Barrios, quien al menos durante los últimos 15 años se ha desempeñado como funcionario de la extinta Comisión Estatal Electoral y representante priista ante el Instituto Veracruzano de Elecciones, el cual acaba de ser designado muy discretamente en diciembre pasado como Director Académico del Colegio de Bachilleres del Estado de Veracruz (Cobaev), en cuya Dirección General despacha el ex diputado local Carlos Aceves Amezcua, también aspirante priista a la diputación federal para el año entrante.
Coincidentemente, tanto Mota como Aceves pretenden ser postulados el año próximo por los dos distritos electorales de Xalapa, el octavo y el décimo.
Y es que curiosamente, el titular de la SEV, que entre 1998 y 2006 fue legislador local y federal por Coatepec, ahora ya no quiere contender por esa demarcación electoral de la que es nativo. Ya en 2012 se rehusó a ser postulado por ese noveno distrito, motivo por el cual el gobernador Duarte de Ochoa tuvo que mandar al entonces subsecretario de Planeación de la Sefiplan, Fernando Charleston Hernández.
Mota sabe que las preferencias electorales de los coatepecanos ya no le favorecen tanto como hasta hace siete años. Por eso ahora busca ser nominado por el distrito de Xalapa-Rural que comprende parte de la capital veracruzana y 18 municipios más, entre ellos los de Úrsulo Galván y Alto Lucero, en los que el pasado 31 de diciembre el titular de la SEV se presentó como “representante oficial” del gobernador Javier Duarte a la toma de protesta de los nuevos presidentes municipales.
El precavido secretario de Educación, quien actualmente anda a salto de mata atemorizado por los maestros radicales de la CNTE, en apariencia ya está preparando anticipadamente su elección. Para ello, según trascendió, habría maniobrado también el cambio de su amigo Héctor Eduardo Ciprián Hernández, quien en agosto de 2012 dejó la Junta Distrital Ejecutiva del Instituto Federal Electoral en Coatepec y ahora preside la del octavo distrito con sede en Xalapa. El traslado lo habría promovido a través de otro influyente personaje cercano: Francisco Javier Guerrero Aguirre, quien el 31 de octubre pasado recién concluyó su periodo como miembro del Consejo General del IFE.
Sin embargo, a pesar de todos estos aparentes amarres, habrá que ver si de aquí a principios de 2015 Mota deja de ser tan asustadizo, pues como candidato finalmente tendrá que dar la cara a los electores, entre ellos a los maestros a los que ahora les anda cortando la vuelta, cerrándoles a la menor provocación las instalaciones de la SEV.