Raúl López Gómez/Cosmovisión
* ‘EL TWITTER’
No es casualidad que Harry Grappa Guzmán, secretario de Turismo y Cultura, sea conocido en el gabinete estatal como “El Twitter”, mote que le fue endilgado a este simpático funcionario duartista no porque sea el más popular en las redes sociales sino porque dicen que es tan limitado que no puede comunicar inteligentemente más de 140 caracteres.
Sin embargo, el pasado martes 5, Grappa hizo quedar mal a sus malquerientes porque les demostró que, cuando quiere, puede hablar más de la cuenta aunque termine por contradecir a su jefe, el gobernador.
Y es que ese día, luego de que a sugerencia y por la presión de los máximos directivos de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), del Comité Olímpico Mexicano (COM) y de los Jefes de Misión de los 31 países participantes de los Juegos Centroamericanos y del Caribe (JCC), el gobierno del estado se vio obligado a cancelar por su evidente retraso el proyecto de las villas deportivas –que parcialmente era financiado por dos empresas particulares desarrolladoras de vivienda: Casas Carpín y Constructora Ara–, optándose de última hora por hospedar a los más de 6 mil atletas en hoteles de Xalapa y de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, Grappa Guzmán salió con la chistosada de que fue la mejor solución ya que amueblar, equipar y acondicionar los departamentos representarían un fuerte gasto para la administración estatal.
“Lo que estamos seguros que nos iba a costar equipar las casas con cortinas, camas, colchones, ventiladores, refrigeradores, gas, luz, es similar al costo de llevar a los atletas a hoteles”, declaró el secretario de Turismo y presidente de la Comisión Interinstitucional de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, quien remarcó que con esta nueva decisión no sólo se garantizará plena comodidad a los deportistas para que tengan un mejor rendimiento y “una mayor integración con la ciudadanía”, sino que además impulsará el círculo virtuoso de la economía veracruzana.
Sin embargo, Grappa parece olvidar que hace más de un año, el 20 de marzo de 2013, al firmar el gobernador Duarte de Ochoa como testigo de honorel Acuerdo para la Construcción de las Villas Centroamericanas –ceremonia en la que el mandatario estatal anunció que una vez concluida la justa deportiva estas viviendas serían vendidas por las empresas constructoras a familias veracruzanas y otras destinadas a espacios educativos en beneficio de los alumnos del Instituto Tecnológico Superior de Xalapa–, el mandatario estatal destacó que esta alianza “ahorrará al sector público una importante erogación de recursos, transformará la zona de la ciudad donde estarán ubicadas las Villas Centroamericanas, contribuirá al buen lucimiento de los Juegos Centroamericanos y fortalecerá al mercado inmobiliario de las dos ciudades más importantes del estado”.
Duarte de Ochoa, inclusive, hizo un reconocimiento por parte del pueblo y gobierno de Veracruz a estas dos empresas por su contribución a este importante proyecto, además de que con dicho convenio se convertían oficialmente en los dos primeros patrocinadores de tan importante acontecimiento. “Éste es el caso más claro, el más puntual, de cómo estamos aprovechando los recursos destinados a la realización de los juegos, a través de las alianzas estratégicas con el sector privado para evitar elefantes blancos”, enfatizó el gobernador, cuya administración se comprometió con las empresas constructoras a gestionar la liberación de terrenos, construir los accesos al conjunto habitacional y dinamizar los permisos gubernamentales.
“Hoy queda demostrado que caminamos en la dirección correcta y como debe ser: integrados en un solo frente, en corresponsabilidad. Veracruz se prepara para que esta región continental se lleve la mejor imagen de nosotros: la de una tierra que avanza hacia la prosperidad, hacia adelante”, afirmó en esa ocasión Duarte de Ochoa.
Sin embargo ahora, casi 17 meses después, Harry Grappa y otros funcionarios estatales nos salen con el cuento de que en la historia de los Juegos Centroamericanos y del Caribe ésta será la primera ocasión en que se ocupará al sector hotelero como sede, previo y durante sus competencias. Y que en eventos internacionales modernos, esta alternativa ha sido exitosa, como fue el caso de los Juegos Suramericanos efectuados en Medellín, Colombia 2010, y en Santiago de Chile 2014.
¡Aleluya! ¡Al secretario de Turismo le siguen funcionando su par de neuronas!
CUNDE LA DESLEALTAD
En días recientes, la ciudad de Xalapa se ha visto envuelta en manifestaciones de diversa índole, obligando a los operadores políticos del gobierno del estado a mediar con los grupos de manifestantes, siguiendo hasta el momento una firme línea de cordialidad y respeto hacia los inconformes.
Pero este miércoles 6 circuló en los correos electrónicos de algunos medios de comunicación un video donde a un funcionario menor de la Dirección de Política Regional se le encomienda escuchar y atender las demandas de los colonos del Frente de Defensa Popular (Fredepo) en la capital veracruzana. El delegado de Política Regional, a quien no se le ve desde hace algunos meses, aparece dialogando con los manifestantes que se quejan del director municipal de Gobernación, Mauro Solano, y del subsecretario de Gobierno, Marlon Ramírez, por lo que a este funcionario se le hizo fácil echarles la culpa y limitarse a decir que Solano es “un mentiroso” y que Marlon no viene a verlos personalmente porque “ustedes le quieren sacar unas viviendas”.
Habrase visto tanta deslealtad. ¿Qué tipo de subordinado descuida así a su jefe y atenta contra la imagen de éste? ¿Acaso ignora los principios básicos de la política? Está claro que Marco Antonio López no abona mucho a la resolución de las demandas sociales en Xalapa sino que en su desesperación por continuar enchufado a la nómina gubernamental es capaz de traicionar a todos.
El ex director del reclusorio de Pacho Viejo, por cierto, no se ha aparecido últimamente en los asuntos que le competen, por lo que quien ha tenido que entrar al quite es Pastor Pérez Saldaña, haciendo la chamba que corresponde a Marco Antonio, el cual, además, no ha podido establecer buena relación con los actuales funcionarios del Ayuntamiento xalapeño, como Manuel Meza, José Luis Lárraga, Rodrigo Montoya y Mauro Solano, con los que se ha confrontado en su afán por sobrevivir en el cargo.