Quirino Moreno Quiza/Repechaje
* El corazón de Montiel
Aunque algunos experimentados priistas veracruzanos todavía dudan que el gobernador Javier Duarte de Ochoa pudiera recibir del CEN del PRI manga ancha para proponer a la mayoría de los candidatos a la diputación federal que el año próximo postulará el partido tricolor en los 21 distritos electorales del estado, lo cierto es que el mandatario veracruzano parece no dormirse en sus laureles y mientras los tiempos llegan ha comenzado a alistar a toda su batería pesada para asegurar al menos las 15 curules de mayoría relativa que el Revolucionario Institucional y sus aliados ganaron en los comicios de 2012 en Veracruz.
Según ha trascendido, aparte de los secretarios Érick Lagos Hernández, de Gobierno; Adolfo Mota Hernández, de Educación; Jorge Carvallo Delfín, de Desarrollo Social, y Marco Antonio Aguilar Yunes, de Trabajo, Duarte de Ochoa estaría ponderando perfilar a otros funcionarios de su gabinete y del gobierno federal que según las encuestas aparecen muy bien posicionados en las preferencias electorales de sus respectivos distritos. Uno sería el delegado estatal de la Sedesol, Marcelo Montiel, quien contendería por Coatzacoalcos, donde ya fue dos veces presidente municipal y diputado local, y el otro Alberto Silva Ramos, actual coordinador general de Comunicación Social del Gobierno del Estado y ex alcalde de Tuxpan, donde políticamente mantiene un extraordinario rating.
De Silva Ramos no hay la menor duda que seguirá sin condicionar la línea política que le marque el jefe del Ejecutivo del estado, tal como lo hizo en la competidísima sucesión estatal de 2010 en la que le sumó votos a Duarte de Ochoa como candidato a la alcaldía tuxpeña, de cuya presidencia municipal se separó en agosto de 2013 para asumir la titularidad de la Secretaría de Desarrollo Social, la cual dejó posteriormente en febrero de este año también por instrucciones del mandatario veracruzano para relevar a la comunicadora Gina Domínguez Colío en la vocería del gobierno estatal.
El caso de Marcelo Montiel es diferente, pues ya en 2012 se rehusó a competir en la elección federal de 2012. El entonces titular de la Sedesol veracruzana rechazó la candidatura y propuso que se postulara a su subalterno Joaquín Caballero Rosiñol, quien por ese entonces se desempeñaba con él como director de Obras Públicas.
En aquella ocasión, Montiel se comprometió a meterse con todo en Coatzacoalcos y garantizar el triunfo de Rosiñol, al cual empujó después, en 2013, para la alcaldía.
Ahora, como delegado de la Sedesol federal, está impulsando a otro de sus colaboradores: a Víctor Rodríguez Gallegos, subdelegado de Administración y Finanzas.
Sin embargo, el gobernador Javier Duarte insiste en que el candidato debe ser él.
Pero Marcelo, según ha trascendido, evade comprometerse. Hace nueve días, por ejemplo, no se presentó a la Sesión Extraordinaria del Consejo Estatal de Desarrollo Social que presidió el gobernador Duarte de Ochoa. En su representación mandó precisamente a Rodríguez Gallegos.
El pretexto de su ausencia fue una afección cardiaca, lo que en el gabinete duartista fue considerada como una buena cortada para impedir que lo envíen el año próximo a hacer campaña electoral.
Sin embargo, amigos cercanos de Montiel aseguran que el ex alcalde porteño, nativo del municipio de Puente Nacional, sí fue hace unos días a la ciudad de México a checar su estado de salud con uno de los mejores cardiólogos del Distrito Federal, el cual lo habría librado de una intervención quirúrgica que otros especialistas de la entidad le habrían dicho que era inevitable.
Habrá que ver cómo se mueve este jueves en la gira que su jefa, la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, realice por el puerto de Coatzacoalcos.
POR FIN SE FUE VALLEJO
Por cierto, hablando de políticos enfermos, el que decidió separarse definitivamente de la gubernatura de Michoacán fue el priista Fausto Vallejo, quien pretextó su delicado estado de salud derivado del trasplante de hígado al que fue sometido el año anterior.
Luego de regresar de Indianápolis, Estados Unidos, donde se realizó un chequeo médico, Vallejo fue ayer a Los Pinos para informarle al presidente Enrique Peña Nieto su decisión.
Sin embargo, en Morelia todo mundo sospechaba de su inminente dimisión porque Vallejo ya había empezado a repartir Notarías Públicas entre sus amigos y funcionarios allegados, aunque su gobierno concluía formalmente hasta febrero de 2016.
El priista se va entre sospechas luego de las fotografías que circularon sobre un supuesto encuentro entre su hijo Rodrigo Vallejo y Servando Gómez, “La Tuta”, cuando el líder del cártel de Los Caballeros Templarios era el amo y señor del crimen organizado en Michoacán.