Sin ser amigos entrañables ni «de piquete de ombligo», pero sí sabiendo que para buscar ganar hay que cicatrizar, antier, en el Consejo Político del PRI celebrado en Boca del Río, estuvieron en el mismo espacio, finalmente juntos, los Senadores Héctor Yunes Landa y José Yunes Zorrila, así como el Gobernador Javier Duarte. Sanó lo que debía sanar.
Atrás quedó aquel Consejo Político ocurrido en el Teatro del Estado de la capital veracruzana, donde cuando iba a tomar la palabra Duarte de Ochoa, el Senador Yunes Zorrila abandonaba el recinto en franca alusión a su entonces inconformidad, cuestión que desató intensos murmullos mediáticos. Antier, en Boca, el ambiente fue distinto.
También atrás quedó cuando Manlio Fabio Beltrones, Presidente nacional del PRI, estuvo en Veracruz para tomar protesta a Alberto Silva como líder estatal del tricolor. En esa ocasión, el Senador Héctor Yunes asistió al evento, sin embargo, como muestra de desacuerdo por el nombramiento que tomaría el tuxpeño, no quiso subir a Presidium; Pepe Yunes de plano nunca llegó, tampoco comulgaba con lo que pasaría ese día.
Más atrás quedó también aquel evento, donde el Gobernador Duarte entregó públicamente al Senador Yunes Landa una caña de pescar en su cumpleaños, exhortándole a que si quería pescar «peces gordos», lo hiciera con los Yunes azules, no sólo se fijara en los que presuntamente había en su Gobierno. La acción significó una abrupta ruptura entre los dos personajes, misma que se fue a los medios nacionales. De alguna manera fue la «puntilla» que unió más aún, políticamente, a los dos Senadores contra el Ejecutivo.
A poco más de un mes que se conozca en definitiva el nombre del candidato del PRI a la gubernatura, antier, en el Consejo Político del tricolor, estuvieron juntos los tres que antes tenían severas disputas. Se abrazaron, se saludaron, se sonrieron, intercambiaron impresiones, Héctor con Duarte y Pepe con Duarte. Incluso hubo camaradería con el dirigente Alberto Silva. Insisto, no necesitan ser amigos del alma, con llevarse bien es suficiente.
Del otro lado, en el PAN.
Me comenta una fuente nacional del PAN, digna de todo crédito, que ante el inminente crecimiento que ha tenido el ex diputado Juan Bueno Torio en las últimas semanas, buscando la candidatura hacia la Gubernatura, en el CEN blanquiazul se apresurarán a efectuar una encuesta definitoria antes de que los números del cordobés alcancen a los de Miguel Yunes Linares, pues de ocurrir eso, se verían obligados a negociar con él para que el titular de la Comisión de Seguridad en San Lázaro busque la alternancia para Veracruz.
El confesionario.
Ayer estuve en San Lázaro, en la Cámara de Diputados Federales, sentado justo a un lado del dueño de la curul también conocida como «el confesionario», la curul donde se decide y maneja lo que la fracción del PRI y sus aliados hacen y dejan de hacer, la curul de César Camacho Quiroz, quien en todo momento me mostró la ruta de la inteligencia política que lo mueve todo, es decir, la de él. La única curul con teléfono directo para comunicarse con los que están sentados ahí enfrente, el Presidente y Vicepresidentes de la Cámara. No hay otra curul igual en todo el Pleno como la del mexiquense, literal y real.