Al Respecto

Los políticos atrevidos

Todos aquellos que se dedican o dedicaron en algún momento de sus vidas a la política, debieron, aunque no quisieran, verse en la difícil e incómoda encrucijada de decidir por un partido, por un grupo, por un político, en pocas palabras, por una persona. Esta complicada disyuntiva de elegir un equipo al cual pertenecer de todos aquellos encabezados por un político con futuro, puede simplemente hundir o catapultar, destacar o reventar, dependiendo de lo acertado o no de la decisión, y de la suerte, la cual en política, tiene su grado de importancia.

En política se debe ser atrevido, apostar por alguien, creer en sus relaciones, en su trayectoria y «casarse» con él o ella. Después de tomar la paradigmática decisión, se debe estar consciente que puede fallar o salir como «ni mandado a hacer». Si el político al cual se le»echa toda la carne al asador» sube como «la espuma de la cerveza», entonces se subirá de igual forma, de ocurrir lo contrario, habrá que saber vivir en la medianía gubernamental, o simplemente, estar fuera de ella.

La política es de atrevimientos, y dichos riesgos llevan a vivir épocas de «vacas flacas y vacas gordas», esos momentos donde se puede gozar en menor o mayor medida, de las bondades del poder. A veces, el político o grupo al cual se le apuesta no se ve favorecido por un periodo, entonces, será tiempo de «asumirlo» y «sumirse», pero cuando le llegue la suerte a nuestro «alfil», entonces habrá que «sumarse», e incluso, dicen por ahí, «sumirla».

Así es la política, da cinco cucharadas de tierra por una de miel, aunque hay veces que la diosa fortuna permite que sea al revés, y los sinsabores sean menos; el asunto siempre dependerá de que los apellidos de nuestro político o de los «padrinos» de nuestro «gallo» se acomoden de manera conveniente, y ello, repercutirá en todos aquellos que se la «hayan rifado» con él o ella.

Aterricemos las cosas y pensemos en el próximo cambio de gobierno. Si destilamos bien los nombres con más opciones en este momento (y retiero, en este momento) para suceder al Gobernador Duarte por el PRI, nos quedaríamos con los Senadores Héctor Yunes y José Yunes, además de los diputados electos Erick Lagos y Jorge Carvallo.

¿En qué político o «gente grande» se han cobijado ellos para ser serios aspirantes a la gubernatura de nuestro estado? Hoy no es complicado saberlo, las cartas están abiertas y se encuentran claras para el imaginario colectivo veracruzano.

Detallemos con nombres y apellidos. Héctor Yunes, por todos sabido, pertenece al grupo del diputado sonorense Manlio Fabio Beltrones, quien podría llegar a la dirigencia nacional del PRI. José Yunes, adherido principalmente al Secretario de Hacienda y Crédito Publico, Luis Videgaray, intelectual cercano al Presidente Enrique Peña. Erick Lagos, identificado a plenitud con el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, quien lo trajo siempre a su lado, y finalmente, Jorge Carvallo, relacionado de igual forma con el de Nopaltepec, pero también, con el ex presidente Carlos Salinas.

¿A quién de estos cuatro aspirantes a la silla gubernamental les será más redituable su apuesta o atrevimiento por un «padrino» o político? Cada vez estamos más cerca de saberlo.