Acercan Ciencia y Tecnología a estudiantes de sectores marginados
CÓRDOBA, Ver., 24 de marzo de 2015.- Tras las reformas a la Ley General de Vida Silvestre, los circos se están deshaciendo de sus animales, y el Zoológico África Bio Zoo A.C., en esta ciudad, se ha convertido en un verdadero orfanato que sin ningún tipo de apoyo mantiene a más de 200 animales salvajes, incluyendo 40 leones, jaguares y tigres de bengala.
Edith Batista Fuentes, investigadora y catedrática de la Universidad Veracruzana (UV), es la propietaria y fundadora de este proyecto que tiene más de 16 años rescatando animales en peligro, quien comentó que en los últimos meses el trabajo ha aumentado mientras los recursos económicos para mantener el lugar disminuyeron.
Aquí, en Zoológico África BioZoo, todos los días luchan por salvar el mayor número de ejemplares, muchos de ellos abandonados por sus dueños tras las reformas a la Ley General de Vida Silvestre que impide el uso de animales en los circos.
No tienen ningún apoyo gubernamental, al contrario, el ayuntamiento dejó a medias la pavimentación de la calle que conduce a ese parque, dejándolos sin las cuotas que aportaban los visitantes, que sostenían la comida y los salarios de los empleados.
Al recorrer el predio, ubicado en la calle 6, se pueden ver más de 40 felinos de gran tamaño entre tigres, leones y jaguares, en un espacio menor a una hectárea.
Sin embargo, no tienen otra opción más que permanecer ahí o ser sacrificados por sus antiguos propietarios, a quienes ya no les permitieron tenerlos por las nuevas disposiciones legales.
“Ahorita está el boom de la nueva Ley de Protección Animal, que genera una problemática en los circos; yo atiendo circos, soy especialista en el manejo de Fauna Silvestre, soy catedrática de la Universidad Veracruzana y doy esas experiencias educativas. Aquí en este centro hay educación ecología, servicio social, investigación y conservación porque nosotros tenemos algunos animales aquí que están en peligro. Dentro de la norma, están en peligro de extinción, y nosotros conseguimos su reproducción, por ejemplo el jaguar mexicano”, relató.
Además, explicó que a esos ejemplares no pueden llevarlos a santuarios o a su hábitat porque ya están “humanizados”, de hacerlos los condenarían a muerte también pues, con seguridad, otros animales los matarían o ellos buscarían la mano del hombre, lo que acabaría con sus vidas de igual manera.
La investigadora, quien da clases en la Facultad de Biología de la UV en Amatlán de los Reyes, aseguró que cada uno de sus animales tiene una historia trágica: si no fueron abandonados, llegan heridos de bala por los cazadores, o estuvieron en un circo o los encontraron tirados y enfermos.
“La ignorancia mata; compran un tigrito y no saben que ese tigrito se va a convertir en una gran fiera y que siempre va a sacar el instinto. Ahorita es porque hay este gran boom, por eso los tenemos protegidos. Están en cuarentena unos animales de un circo, el Solary, pero ese señor cuida bien a sus animales; yo siempre se los he atendido, se los vacuno, desparasito, les hago todo lo que se les tiene que hacer cuando pasan por aquí. Él, preocupado por sus animales, los deja aquí porque sabe que nosotros los vamos a cuidar. Ya está avisada la Semarnat de que los animales están aquí”.
Los dueños del Circo Solary no se resignan a perder a sus 15 tigres de bengala y tienen la esperanza de que el gobierno federal recule y permita de nuevo espectáculos con ese tipo de animales, por eso llevaron a toda su manada a este centro de protección.
Más de una década salvando fauna
Edith Batista no cuenta con el número exacto de animales que tiene en cautiverio en su parque Zoológico África BioZoo A.C., calcula que hay cerca de 200 y unos 40 felinos y que todos los días le llevan nuevos ejemplares o de plano se los dejan en las puertas del lugar.
“Si nosotros tuviéramos el apoyo gubernamental esto fuera grande y tendríamos algo que aportar a Córdoba. Yo no sé por qué otros lugares tienen sus zoológicos y pueden tener otro tipo de espectáculos y Córdoba no, porque no nos apoyan. Aquí todo lo que entra es para alimentar a los animales, esto no es un negocio, para nosotros es puro amor a la camiseta, porque vivimos de otra cosa, yo soy catedrática, tengo mis clínicas, soy veterinaria, mi marido trabaja, somos gente de trabajo”.
Por lo pronto, el sitio trata de subsistir con los 15 pesos que se cobran para ingresar, las donaciones de carne de pollo que les da un avicultor de la región y el regalo que supermercados les hacen con las verduras y frutas que se están pasando de maduras.
“Hace 16 años nace este proyecto, producto de que llegan a mi clínica animales que han sido maltratados y están próximos a morirse; lo peor es que la gente los va abandonando, ya cuando crecieron les estorban, dan datos falsos y nunca regresan por sus animales. Todo esto comienza siendo un acervo de animales aquí para protegerlos y darles un espacio verde, de tranquilidad, que sea un espacio antiestrés”.
Edith Batista aseguró que cada uno de sus ejemplares cuenta con la documentación oficial de la Semarnat y de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), además de un microchip que identifica a los tigres, jaguares y leones; sin embargo, lo que requieren es el apoyo de una autoridad para poder seguir salvando más animales que podrían estar condenados a la muerte.
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