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Vandalizan y roban en escuela de Fortín
POZA RICA, Ver., 16 de diciembre de 2014.- – “No pedimos una disculpa queremos todo el peso de la ley, que el doctor y sus secuaces enfermeras paguen por la muerte de mi hijo”, fue la expresión de la enlutada pareja de padres del recién nacido, Gerardo Domínguez Cortes, muerto a consecuencia de mal trato que se le dio después de su nacimiento hace dos años en la Clínica Santa Elena, la cual aún está a cargo del doctor Arturo Olivares Hernández, y a quienes aún no se les ha aplicado la ley.
María Guadalupe Cortes Sánchez y Juan Gerardo Domínguez Hernández, padres del menor fallecido, señalan a Blanca R. y Lizet P., ambas enfermeras a las órdenes del director del centro médico Arturo Olivares Hernández, quienes se encuentran prófugas de la justicia, luego de que en su contra pesa la causa penal CP-60/2014 como probables responsables del delito de homicidio culposo por la muerte del recién nacido.
Los agraviados esperan la resolución del juez primero de primera instancia una vez vencido el término constitucional el sábado a las diez de la mañana, para lograr la formal prisión al galeno Olivares Hernández dentro de la causa penal CP-281/2014, como probable responsable del delito de homicidio culposo en agravio de recién nacido.
“Mi hijo nació el día 7 de octubre del 2012, nació sano, medía 50 centímetros y pesó 3 kilos 200 gramos, el pediatra nos entregó un historial clínico que decía que estaba en perfectas condiciones de salud, sin embargo, las enfermeras se lo llevaron de mis brazos y después de seis horas me lo devolvieron completamente envuelto y me dijeron que no lo descubriera hasta que se aclimatara, fue mi suegra quien se dio cuenta de las yagas en la oreja y en todo el costado izquierdo,
Regresamos al hospital y no lo quisieron atender que hasta que llegara el pediatra, al verlo se dio cuenta que estaba ya muy mal el bebé y pidió lo trasladáramos de emergencia a la clínica Fausto Dávila Solís donde cuentan con un área de cuidados intensivos neonatal ya que el bebé había sufrido una sepsis generalizada”.
Fue ahí donde los padres del menor se dieron cuenta de que posiblemente se había infectado al haber estado en la incubadora. El día 18 del mismo mes el menor falleció, y su cuerpo fue examinado por peritos de la PGJE quienes determinaron que había sufrido una muerte violenta, que describieron como falla orgánica múltiple secundaria a quemaduras por inhalación de calor seco.