
Bernardo Gutiérrez Parra/Desde el Café
Hace casi dos años, el 23 de octubre de 2023, el entonces gobernador Cuitláhuac García presumió en sus redes sociales una fotografía en la que aparece abrazado con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. La imagen fue tomada en Palenque, Chiapas, donde el aún presidente Andrés Manuel López Obrador reunió a mandatarios y representantes de 11 países latinoamericanos y del Caribe para abordar la problemática regional de la migración.
Hoy debería estar preocupado el exgobernador morenista veracruzano, pese al blindaje que la presidenta Sheinbaum le dio como director general del Centro Nacional de Control del Gas Natural (Cenagas), pues aunque desde marzo de 2020 el Departamento de Justicia de Estados Unidos ya había emitido una orden de captura en contra de Maduro ofreciendo una recompensa de 15 millones de dólares por cargos relacionados con el narcotráfico, ahora, el régimen del republicano Donald Trump subió a más del triple la cifra para la captura del mandatario venezolano y confirmó la movilización hacia las costas de Venezuela de tres buques de guerra con 4 mil soldados y misiles guiados Aegis, lo que motivó que anteayer el caudillo de la Revolución Bolivariana anunciara el despliegue de 4.5 millones de milicianos para repeler la inminente invasión estadounidense para detenerlo y procesarlo penalmente en EU. Ayer martes, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, declaró que Trump está preparado para “usar todo su poder” para perseguir a Maduro, a quien Washington no reconoce como Presidente de Venezuela sino como el líder “fugitivo” del Cártel de los Soles, declarada como una organización narco-terrorista, por lo que al dictador sudamericano le acaban de confiscar bienes por 700 millones de dólares.
Casualmente, a mediados de febrero de 2022, en Miami, Florida, la DEA y el FBI desclasificaron documentos judiciales sobre el caso de Alex Saab, un empresario multimillonario de origen colombiano que el gobierno de EU consideraba el principal testaferro de Maduro, bajo cuya protección realizó jugosos negocios que se basaban en un esquema que intercambiaba petróleo venezolano por alimentos producidos en México y se disfrazaron como acuerdos de “ayuda humanitaria”. En esta trama se involucró a Segalmex que todavía dirigía el ex priista Ignacio Ovalle Fernández, quien fue el primer jefe de López Obrador en el Instituto Nacional Indigenista (INI), entre 1976 y 1982.
Noticias Caracol, de Colombia, reveló el 25 de octubre de 2021 que el FBI realizaba una investigación sobre las despensas alimenticias que una empresa de Saab importaba de México para beneficiar a más de 5 millones de familias venezolanas.
El reportaje consignaba que los CLAP (Comité Local de Abastecimiento y Producción), creados en abril de 2016 y administrados por algunos militares jubilados adeptos al régimen de Maduro señalados por sus nexos con el narcotráfico y tráfico de combustible, eran usados para enviar cargamentos de cocaína de Venezuela a México y blanquear sus ganancias ilegales; que aeronaves adscritas a la Aviación Militar Bolivariana partían de la Base Aérea de La Carlota, en Venezuela, rumbo a Veracruz, donde la carga de cocaína era descargada y reemplazada por las cajas con alimentos en mal estado o caducados, y que luego estos mismos aviones aterrizaban de vuelta en Puerto Cabello y La Guaira, en territorio venezolano.
Los investigadores encontraron también empresas en México que fueron suplantadas como supuestas proveedoras de toneladas de leche en polvo, que en realidad nunca se negociaron con Venezuela.
Una investigación que la reportera Verónica Ayala realizó para la organización civil Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, identificó entre 2019 y 2020 ocho empresas mexicanas asentadas en Nuevo León, Baja California, Zacatecas, Veracruz, Guanajuato y la Zona Metropolitana de la CDMX. Estas empresas utilizaron una estructura de al menos 13 importadoras creadas en Honk Kong, Panamá, Uruguay y las Islas Vírgenes Británicas para enviar alimentos a Venezuela por un monto de 64 millones de dólares, equivalentes a 1,200 millones de pesos, según registros del comercio exterior.
No era algo nuevo, esa estructura de importadoras sustituyó a las que habían venido manejando operadores financieros del chavismo, como Alex Saab y Samark López Bello, operadores financieros de Maduro. Y es que entre 2016 y 2018, antes de la administración del ex presidente López Obrador, dos empresas ligadas a Saab –Group Grand Limited y Asasi Food–, y una atribuida a López Bello –Postar Intertrade–, habían intervenido en la compra de alimentos a 10 empresas mexicanas con valor cercano a los 700 millones de dólares, para los llamados CLAP.
Estos y los casos más recientes ocurridos durante el obradorato los conoció y les dio seguimiento el entonces senador republicano de origen cubano Marco Rubio, actual secretario de Estado, quien ha declarado que el gobierno de Trump no reconoce a Maduro como presidente, a cuyo régimen, al igual que los de Cuba y Nicaragua –aliados de la 4T–, los calificó de “enemigos de la humanidad” y los más antidemocráticos y autoritarios del continente americano.
Y, para colmo, el subsecretario de Estado, Christopher Landau, ex embajador de EU en México y quien actualmente, como mano derecha de Rubio, es la segunda figura más importante de la diplomacia norteamericana, le respondió directamente este lunes 18 en su cuenta de la red social X, antes Twitter, a Diosdado Cabello, político y militar incondicional de Maduro, y una de las figuras más poderosas de la Revolución Bolivariana que desde 2024 se desempeña como Ministro de Interior, Justicia y Paz: “Usted y su pandilla de brutos criminales han destrozado su patria como pocas veces en la historia humana se ha destrozado un gran país. Las elecciones del año pasado y el tsunami de migración al exterior demuestran claramente para el mundo entero el repudio absoluto de su propio pueblo. Ustedes que se creen tan listos no han engañado a nadie. Son Ustedes los que han acosado y declarado la guerra al gran pueblo de Venezuela. Con razón Usted y su pandilla de matones corren llenitos de angustia mientas yo ando tranquilo: la historia demuestra como terminan los tiranos.”