
Carlos Ramírez/Indicador político
Aunque duró menos de dos semanas, la llamada “Guerra de los 12 Días” fue tan intensa que por momentos parecía el inicio de una tercera guerra mundial. Todo comenzó el 13 de junio, cuando Israel lanzó un ataque directo contra instalaciones nucleares iraníes. En cuestión de horas, el conflicto escaló peligrosamente: Irán respondió, Estados Unidos se metió de lleno, y el Medio Oriente se convirtió en un polvorín a punto de estallar.
Misiles, bombardeos y amenazas iban y venían, mientras el mundo contenía el aliento. La tensión era tal que el propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió que el conflicto “pudo haber durado años y destruido todo Oriente Medio”.
EL ANUNCIO SORPRESA DE TRUMP
Justo cuando parecía que la cosa iba de mal en peor, este lunes Trump apareció en su red social, Truth Social, para dar una noticia inesperada: Irán e Israel acordaron un alto al fuego total y completo.
Según lo que explicó, el cese de hostilidades empezará en fases: primero Irán dejará de atacar durante 12 horas, luego hará lo mismo Israel, y tras 24 horas, se dará por terminada oficialmente la guerra. Trump lo celebró a su manera:
“Quiero felicitar a ambos países, Israel e Irán, por tener la fortaleza, el coraje y la inteligencia para poner fin a este conflicto”.
UNA GUERRA DE LABORATORIO NUCLEAR
Todo se desató por los ataques israelíes a puntos clave del programa atómico iraní. Aviones bombardearon instalaciones como Fordow, Natanz e Isfahán, lugares donde, según Israel, se cocinaba un arma nuclear.
Trump no dudó en respaldar la acción y aseguró que esos sitios “fueron completamente volatilizados”. Además, lanzó una advertencia clara:
“Si Irán no renuncia a su programa nuclear, vendrán golpes mucho peores”.
Lo curioso es que, semanas antes, los propios servicios de inteligencia de Estados Unidos habían dicho que Irán no estaba intentando fabricar una bomba. Pero eso no impidió que Washington se alineara completamente con Tel Aviv y participara activamente en los ataques.
MISILES DE IDA Y VUELTA
Irán respondió atacando una base militar estadounidense en Qatar. Aunque 13 de los 14 misiles fueron interceptados, el mensaje fue directo: “aquí seguimos, y podemos responder”.
Eso sí, según el mismo Trump, Teherán avisó con anticipación, lo que permitió evacuar a las tropas. El ataque no causó muertos, pero sí provocó el cierre temporal del espacio aéreo y una ola de alarmas de seguridad para estadounidenses en toda la región.
QATAR: EL MEDIADOR QUE NADIE VEÍA
Mientras volaban misiles, una figura clave trabajaba en las sombras: el primer ministro de Qatar, jeque Mohamed bin Abdulrahman Al Thani. Según reportes, fue él quien logró acercar a las partes y empujó las negociaciones que desembocaron en el alto al fuego.
Trump no tardó en agradecer su papel, y también celebró que ningún ciudadano catarí resultara herido.
Aunque todavía no hay cifras oficiales, se habla de cientos de muertos por los bombardeos israelíes, muchos de ellos civiles. Por su parte, los ataques iraníes causaron al menos una veintena de víctimas en Israel. Las ciudades afectadas muestran daños severos, y la región sigue en vilo.
GUERRA… Y CAMPAÑA PRESIDENCIAL
Trump, quien en sus primeros años de gobierno prometió no meterse en más guerras, ahora se presenta como el hombre que evitó una catástrofe global. En plena campaña rumbo a la reelección, su actuación en este conflicto puede jugarle a favor entre quienes lo ven como un líder fuerte y decidido.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no se quedó atrás y aplaudió a su aliado:
“La Historia recordará que Trump actuó para impedir que el régimen más peligroso del mundo tuviera las armas más peligrosas del mundo”.
¿PAZ VERDADERA O SOLO UNA PAUSA?
Pese al anuncio triunfal, ni Irán ni Israel han confirmado oficialmente el acuerdo. En una zona del mundo donde la desconfianza es moneda corriente, lo dicho aún está lejos de convertirse en hecho.
Tampoco está claro qué tan destruido quedó realmente el programa nuclear iraní, ni qué ocurrirá en las próximas semanas. Además, existen temores de que grupos más radicales, de uno u otro bando, busquen dinamitar la tregua.
La Guerra de los 12 Días fue corta, sí, pero su impacto podría ser duradero. Por ahora, Trump ya se colgó la medalla del pacificador. Pero la gran duda sigue en el aire: ¿esto es el inicio de un camino hacia la paz… o solo el silencio antes de la próxima explosión?