
Pablo Jair Ortega/Columna si nombre
· La fortuna por no reunirse con Trump
· El falso lobo de deportaciones; 64 mil
· La gente de Garduño controla el INM
Dos temas dominan la relación con Estados Unidos.
Por una parte, el registro de deportaciones dista mucho de ser el petate migratorio con el cual nos ha espantado Donald Trump en su segundo mandato.
Y por la otra, frustrada la entrevista directa de Claudia Sheinbaum con el magnate en Canadá, el turno es para el gabinete económico.
Por partes.
De acuerdo con los registros del gobierno mexicano y en especial del Instituto Nacional de Migración (INM), las repatriaciones llevan una media de 20 por mes.
En el trimestre febrero, marzo y abril -enero no se toma en cuenta porque Trump tomó posesión el 20 de ese mes- se registraron poco más de 64 mil.
A ese ritmo no se llegará al millón anual tan temido, tal vez porque la cuota ordenada a la secretaria Kristi Noem y al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) es muy ambiciosa.
Estos datos crean confianza en las autoridades mexicanas porque apenas llegarían a unos 240 mil durante 2025, en espera de un entendimiento como lo deseó ayer la presidenta tras su octavo diálogo telefónico con el neoyorkino.
TURNO DE EBRARD Y AMADOR
El segundo tema es fundamental.
No se sabe si resultaba conveniente dialogar con un presidente a la baja y preocupado por el escenario mundial, dado el riesgo de recibir algún desaire, descalificación o de plano agresión.
La cancelación abre una prórroga para beneficio del sector económico, en especial los secretarios de Economía, el reposicionado Marcelo Ebrard, y de Hacienda y Crédito Público, Edgar Amador Zamora.
Cada uno en su sector puede adelantar negociaciones para renovar el tratado trilateral, el famoso T-MEC, y dar resultados a Claudia Sheinbaum para la cita tantas veces enunciada.
Para entonces habrá transcurrido la urgencia de intervenir en tanto conflicto (Rusia, Ucrania, Gaza, Israel, Irán y cuanto se acumule), como ha sido la proclividad de todo mandatario estadunidense.
GARDUÑO NO ACABA DE IRSE
1.- A propósito del INM, hay pasmo.
Francisco Garduño, protegido e incondicional de Andrés Manuel López Obrador, no ha terminado de irse y eso impide el ejercicio pleno del flamante comisionado Salomón Céspedes.
La función sería absoluta si se renovara toda la estructura y el señor Garduño no apareciera por ahí ni tuviera directores generales y delegados en las entidades de Migración.
Y ya se sabe, ahí se originan la mayoría de los problemas como se han visto fundamentalmente en Chiapas, Tabasco, Oaxaca y Veracruz, zona de ruta de quienes provienen del sur y se empeñan en llegar al norte.
Pero también ahí está el negocio, aunque ahora debilitado porque el gobierno mexicano usa la fuerza pública como policía en ambas fronteras para quitar molestias a Donald Trump.
Y 2.- la estrella de Marina del Pilar cada día pierde luz.
En el gobierno federal se analiza remover funcionarios claves en Baja California y mandar al hombre de mayor confianza de su adversario y ex gobernador Jaime Bonilla como delegado del Bienestar.
Un cargo con presupuesto y, ya se sabe, dinero da poder.
El designado sería Amador Rodríguez Lozano, a quien Claudia Sheinbaum incorporó a su equipo como operador electoral cuando competía con las corcholatas lópezobradoristas dejadas en el camino.