
Raúl López Gómez/Cosmovisión
Un Recuerdo para los Periodistas Caídos
Cada 7 de junio, México conmemora el Día de la Libertad de Expresión, una fecha cargada de significado y reflexión sobre los derechos fundamentales que sostienen nuestra vida democrática.
Este día no solo celebra el derecho de manifestar ideas y opiniones, sino que también nos obliga a recordar con respeto y dolor a los periodistas que han perdido la vida de forma violenta por ejercer su labor con valentía.
Una labor de alto riesgo en muchas regiones del país
La libertad de expresión es un pilar esencial de toda sociedad libre. Gracias a ella, los ciudadanos pueden informarse, participar en la vida pública y exigir rendición de cuentas. Sin embargo, en México, este derecho enfrenta amenazas constantes. El ejercicio del periodismo implica riesgos extremos: persecución, censura, amenazas y, en los casos más trágicos, asesinatos que suelen quedar impunes.
Cada periodista asesinado representa una historia truncada, una voz que buscaba dar luz a los hechos, una conciencia social que luchaba por la verdad. La violencia contra quienes informan no solo es una agresión contra ellos, sino contra toda la sociedad.
También es urgente defender el derecho al trabajo digno
Pero además de exigir justicia y condiciones seguras para ejercer el periodismo, este día debe ser también un llamado a defender la libertad de que existan fuentes dignas de empleo, para quienes ejercen esta noble labor.
Para lo cual es fundamental que el gobierno restituya la dignidad de los medios de comunicación, para que continúen siendo una fuente de empleo digna, segura y respetada en todos los ámbitos, ya que no puede haber libertad de expresión plena si quienes comunican no cuentan con las condiciones básicas para vivir con dignidad.
Por los que ya no están, por los que siguen informando
Este 7 de junio honremos la memoria de los periodistas caídos, exigiendo justicia, y comprometiendonos como sociedad a proteger la verdad, la seguridad y el trabajo digno en los medios de comunicación.
No hay que olvidar que sin periodistas, no hay periodismo. Y sin periodismo libre, no hay democracia.