
Carlos Ramírez/Indicador político
Hace pocos años, se decidió eliminar de muchas obras públicas las placas en las que se menciona que con la gestión de determinado funcionario, por lo general presidente, gobernador o presidentes municipales, se habían realizado esas obras. Eran esas placas una demostración pública para exhibir la gestión de un personaje. Pero esa gestión estaba presente en documentos, en el presupuesto utilizado y muchas veces en el nombre de la obra que podía llamarse como el funcionario en cuestión. Esa actitud tan reiterada por épocas, olvidaba que el dinero utilizado era del pueblo y que la hechura de obras era y es una obligación de los gobiernos, sin que ello amerite un reconocimiento porque simple y llanamente, es su obligación.
LA REITERACIÓN DE RECONOCIMIENTO, AGREDE SENSIBILIDAD DEL PUEBLO
Los nombres de gobernantes por lo general en las fachadas de obras, molestan a la gente, de tal forma que se planteó eliminar esas placas y tratar de limitar su uso en el futuro. Pasaba y aún pasa como en los nombres de las calles en los que encontramos calles que se llaman Victoriano Huerta o Porfirio Díaz. Hay placas aún en las que aparece el nombre de Adolfo López Mateos, un gobernante en cuya gestión fue asesinado Rubén Jaramillo junto con toda su familia incluyendo a su esposa embarazada. Fue el 23 de mayo de 1962 en Xochicalco. Acaba de recordarse esa situación. O el caso que ya he denunciado en el edificio de la Canacintra San Antonio casi esquina con Patriotismo, donde se han ejercido las obligaciones del voto en los últimos años y está una placa con el reconocimiento de Díaz Ordaz. mientras la gente se arremolina enfrente para ejercer ese voto. Es una agresión ¿Es posible que recordemos a esos agresores en las placas de ellos, que aún existen?
EL CASO DE LAS UTOPÍAS SE PRESTA A DISCUSIÓN EN LA CDMX
La ciudad de México como estado que se extiende, tiene en realidad pocos espacios para pensar en zonas de apertura, ejercicio y respiración. Es cierto que hay muchos parques, pero buena parte además de sus zonas arboladas, se rodean de todo tipo de negocios y fondas que limitan el valor respiratorio de esos parques. Es algo que debería de enfrentar la actual administración, para hacer de los parques verdaderos auxiliares de la salud. La construcción de nuevos proyectos con el nuevo gobierno pretende utilizar los espacios abiertos y cubrirlos con construcciones que serán indudablemente proyectos importantes pero que cerrarán espacios abiertos que la gente defiende. Eso ha sucedido a lo largo de estos meses del gobierno de Clara Brugada con sus proyectos las Utopías que ella plantea en algunas alcaldías. No solo porque ya tienen un nombre especifico, que delimita los espacios abiertos con el proyecto de la señora Brugada, sino porque hay zonas que la gente quiere conservar tal como están, como amplios espacios. En éstos se pueden hacer solo construcciones que los revaliden. Independiente de que las llamadas erróneamente Utopías tengan ofertas importantes, eso vale porque hay dinero público que está en juego, pero que no es necesario que tenga un nombre especial, menos que se atribuya a un funcionario o funcionaria. Es dinero del pueblo el que se usa.