
Sobre el fallecimiento de Su Santidad el Papa Francisco (1936–2025)
Don Mario Bergoglio, el Papa Francisco, partió este lunes a la casa del Padre al cumplir con gran espíritu renovador de la iglesia Universal, toda una labor evangelizadora histórica y de cambio de las estructuras de una iglesia que resurge como un bálsamo para los cristianos del mundo.
Pero, también el Obispo de Roma, concedió a la iglesia Universal ese espíritu auténtico a la iglesia de Jesús de Nazaret con la apertura a todos los hijos de Dios y con una nueva visión de solidaridad con las minorías que por siglos habían sido apartadas y darles una integración fraterna.
El Papa Francisco, ha sido el primer latinoamericano en llevar la responsabilidad de Pedro como custodio de la Iglesia Universal y rompió con todas las ataduras y esquemas de una iglesia obsoleta para dar paso a una verdadera evangelización con apego a dogmas y al mismo tiempo generar “lio” como pidió a los jóvenes del mundo en un sentido a seguir los pasos de Jesús acorde a su palabra y filosofía de estar con los pobres, los débiles y los desposeídos.
Francisco, al romper los esquemas de muchos siglos de tradiciones y costumbres de opulencia en el Vaticano, prefirió ponerse las sandalias del pescador y salir al mundo a predicar la palabra.
Identificado con San Francisco de Asís, desde el inicio de su papado estuvo como Jesús disfrutando y dando consuelo a toda su vida entre los pobres.
Dejó las luces del Vaticano para vivir en una hostería y estar viajando en metro todos los días a cumplir con su misión apostólica.
Francisco fue un hombre valiente y decidido a renovar la iglesia con un auténtico apego cristiano y entregó los dolores del cuerpo como Jesús en el calvario para darse a una verdadera lucha por la predicación.
Cómo un privilegio que le conceden los tiempos vividos de tribulación y de algunos desencuentros con algunos de sus hermanos sacerdotes, Francisco partió al encuentro del Padre de la mano de Jesús al día siguiente del domingo de resurrección como un milagro o un reconocimiento a quién dedicó toda su vida a seguir a Jesús con sencillez y humildad, pero también alzando la voz por todos los católicos y no católicos al ir al encuentro de sus hermanos siguiendo el ejemplo del Maestro. QEPD. Así las cosas.