
Raúl López Gómez/Cosmovisión
Claudia Sheinbaum, quien actualmente libra una fuerte batalla contra Donald Trump por los aranceles que le quiere imponer a México el presidente de Estados Unidos –el cual acordó ayer con la mandataria morenista pausarlos hasta el 2 de abril próximo–, todavía no cumple ni siquiera medio año en el poder y ya las huestes del partido guinda comenzaron con los escarceos por la sucesión presidencial de 2030.
Y es que este jueves se reveló que Gabriela Jiménez Godoy, vicecoordinadora de Morena en la Cámara de Diputados y cercana a la presidenta Sheinbaum, habría ofrecido al PAN –a espaldas de su bancada– “100 votos” para incluir en la reforma contra el nepotismo la prohibición de que los hijos o familiares de presidentes no puedan ser candidatos a ese mismo cargo sino hasta 10 años después del término del mandato.
La intentona, obviamente, era para vetar en 2030 a Andrés Manuel López Beltrán, hijo del ex presidente Andrés Manuel López Obrador y actual secretario de Organización del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, quien buscaría suceder a Sheinbaum Pardo en la Presidencia de la República.
Según publicaron el diario La Jornada –el más afín al obradorismo– y la periodista Azucena Uresti, quien inclusive presentó un video en su programa matutino de Radio Fórmula, el coordinador del partido guinda en la Cámara baja del Congreso de la Unión, Ricardo Monreal, reveló el pacto de Jiménez Godoy, quien más tarde afirmó que sólo recibió la reserva del PAN pero que no la leyó y que “nunca les dije que sí”.
Gabriela Jiménez –quien junto con su esposo Édgar Garza construyó la asociación “Que Siga la Democracia”, que ahora solicitó al INE su registro como partido político nacional– ofreció votos de Morena a cambio de que los panistas respaldaran que la reforma contra el nepotismo se aplicara desde 2027, tal como lo había propuesto Sheinbaum.
Tras concluir la sesión de ayer del círculo de lectura que encabeza en el palacio legislativo de San Lázaro, Monreal les confió a algunos de sus compañeros presentes que el panista Federico Döring había negociado con Jiménez Godoy y otros diputados guindas, que se acercaron al PAN.
“Los buscaron (a los panistas) sin autorización del grupo (legislativo de Morena), y le dicen a Döring: ‘yo traigo 100 votos’. A mí me lo dijo Döring: ‘100 votos nos ofrecieron (Jiménez y otros morenistas)’ y nosotros (el PAN) les dijimos: ‘sí, a cambio de que los López (Beltrán) estén 10 años fuera’”, se le escucha decir al zacatecano en el video mostrado por Uresti.
Ante dicha contrapropuesta del blanquiazul, Jiménez –cuyo esposo es sujeto de un proceso interno en la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena por intentar crear un partido paralelo– habría accedido con la frase “¡órale!”, según la versión de Monreal Ávila, quien enseguida descalificó a la vicecoordinadora: “pero, ¿cómo vas a negociar tú eso? Pero, además, ¿por qué?”
Sin embargo, más tarde, en conferencia de prensa, Monreal se hizo el occiso y negó saber de dicha negociación. “No sé de qué me habla y la verdad es que soy un hombre de los clásicos y no he hablado con Federico Döring (diputado del PAN). Tendría que preguntarle a él con quién habló”, respondió.
Jiménez Godoy fue una de las 14 diputadas de Morena que el pasado martes abandonaron el salón de sesiones para no avalar la reforma antinepotismo en los términos en que quedó. También se ausentaron el vicecoordinador Alfonso Ramírez Cuéllar, otro allegado a Sheinbaum, y Napoleón Gómez Urrutia, líder nacional del sindicato minero. Otros cuatro se abstuvieron, y María Teresa Ealy Díaz, amiga de Jiménez e hija del empresario Juan Francisco Ealy Ortiz, dueño del diario El Universal, votó en contra.
Ramírez Cuéllar se deslindó del pacto: “Yo nunca hablé con los panistas y el único autorizado para negociar es el coordinador o quien autorice el grupo. Estamos totalmente unidos, reconocemos toda la autoridad y liderazgo del coordinador”.
Más tarde, en conferencia de prensa, Monreal negó división en la bancada y acotó que no está prohibido dialogar con otros grupos parlamentarios. “Yo no soy celoso. Aquí estamos libres de hacer lo que queramos. Ni modo que yo les prohíba que platiquen. El grupo nuestro es muy libre, muy consciente. A nadie se necesita torcerle el brazo ni amenazarlo”, expresó.
Jiménez Godoy admitió que ella se acercó con todas las bancadas para cabildear dicha postura y dijo que Ramírez Cuéllar estuvo enterado. Sostuvo que si no consultó con Monreal fue porque, como vicecoordinadora, “no necesito permiso”.
La primera infidencia de las negociaciones fue del coordinador del PAN, Elías Lixa: “quienes se sentaron a platicar y tenían un férreo interés en hacer modificaciones fueron quienes se subieron a la tribuna para decir que siempre no y retiraron sus reservas. O no les dieron permiso, o entre ellos no se pusieron de acuerdo”.