Raúl López Gómez/Cosmovisión

La política y las malas experiencias

Aquellos dichos de antaño, coloquiales de los abuelos que sabiamente decían: “que no se puede tapar el sol con un dedo”, porque era lo obvio y ante eso nada se puede hacer.

Y como aquella chica, que estaba en trabajo de parto, y nunca se cansó de decir, “yo no estoy embarazada”. Entonces se pudo pensar un milagro igual como el de la anunciación del angel a la Virgen María, pero el bebé nació a pesar de su negativa a reconocer lo obvio.

Por eso, los que levantan la voz para quejarse de lo que está pasando en el partido de Morena, es que los astros se les unen pero en contra.

Y como decían los abuelos, también: torres más altas se han caído.

Pero, lo raro es ante lo obvio en una semana de los mil demonios, cuando en Morena, comienzan con los imberbes y los errores que recuerdan los tiempos del viejo PRI, y lo decía en la crónica de café siempre amena del entonces director de turismo en Veracruz, el ingeniero Ezequiel Guzmán Arango en tiempos del famoso alcalde porteño de prosapia, Virgilio Cruz Parra, abogado de la generación de hierro, junto con Ortiz Mayagoitia, Sergio Flores Armida, Avelino Muñiz García, Alfonso “el Chato” Ortíz, el Negro Kuri, José Pérez Troncoso y muchos más, que destacaron como egresados de la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana.

Y lo que decía el famoso Cheque Guzmán, que era un llamado a la ironía jocosa, siempre hilarante de aquellos tiempos desde Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría y hasta José López Portillo, de alguien que en materia de turismo recomendaba, sí se exportan millones de barriles de petróleo crudo al extranjero, pues que se le imprima una leyenda de “visite México”, en la osada propuesta.

Y desde algún secretario de agricultura, el ingeniero Ezequiel Guzmán, recordada de aquel que dijo, hay que traer elefantes para fortalecer el trabajo del campo con las yuntas de bueyes y emular a los tractores y no usan gasolina, dicho de las ingeniosas ideas de aquellos que gobernaron hasta casi hipotecar al país y hasta regalar a extranjeros los recursos naturales, recuperados después con el nuevo gobierno morenista y revertir todas las atrocidades del pasado

Aunque, al Dios de Macuspana, también se le “encuató” el engrudo, ahora los herederos de Morena y la 4T, que misóginos y altaneros, llenos de soberbia, inflados como la rana, en el dicho de los consejos del Quijote a Sancho, cuando fue a gobernar la ínsula, les rebotan los errores, cuando se percibe del denuedo de algunos morenistas enquistados que se niegan a darle crédito al famoso Segundo Piso de la 4T con la presidenta Claudia Sheinbaum.

Y es que primero las propuestas por la osada decisión del Andy, de adherir de forma masiva a los nuevos miembros de Morena a costa de lo que sea, y en Veracruz, se dieron sospechosamente, sendas protestas abiertas de la militancia morenista en contra del famoso secretario de organización.

Luego, la famosa carta en donde salió a relucir el nombre del abogado morenista, que ya nadie lo nombra y ahora nadie lo conoce, y que hasta dos homenajes de el hombre del año y todas las virtudes, y lo declaran en desgracia por ejercer simplemente una función de abogado.

Y después de los embates de Trump y de muchos problemas dentro y fuera del país, los dirigentes de las cúpulas morenistas en el senado y en la cámara de diputados, se quedaron “chipujos”, con el semblante  descompuesto ante el miedo de los acontecimientos que nunca imaginaron que se les vinieron encima, exigiendo por una ley natural del Karma, de congruencia, sin dosis de cinismo y menos soberbia en el accionar político desproporcionado.

Aquí, hasta el senador Manuel Huerta, jefe del grupo de las protestas de los morenistas en contra de Andrés Manuel López Beltrán, como siempre en su especialidad tirando piedras y esconder la mano, con lo que se le cayó el proyecto de su reina de las flores y ahora ni reina del carnaval de Veracruz, por los desplantes de seguir como un punzante aguijón de avispa en el dolor de no haber sido gobernador y no lo supera.

Con una vana intención de hacerle ruido y conflicto a la gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, en su propio terreno, pero sin efecto alguno, el famoso que se siente “carnicero” tendrá que conformarse con bailar en los fandangos del senado, porque ya no pudo llegar ni al carnaval jarocho. Orale.

En otro asunto, familiares de los pacientes foráneos y locales del Hospital General de Especialidades de Veracruz, que se localiza en la avenida 20 de noviembre, se quejan de que personal del propio hospital los corre del lugar y no permiten que les lleven café y pan en las noches de frío en su apoyo al sufrimiento que viven en la espera por el restablecimiento de sus enfermos.

Piden la intervención de la gobernadora Rocío Nahle, para que prevalezca el humanismo de los que no cumplen con esa premisa filosófica del servicio público en los servicios de salud. Andale. Así las cosas.