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Raúl López Gómez/Cosmovisión
Al considerar la magnitud del riesgo y lo impredecible del presidente Donald Trump, a México no le ha ido mal. La presidenta Sheinbaum ha sabido lidiar con él; nunca se podrá cantar victoria, pero lo más preocupante se ha contenido o resuelto en términos razonables. Las expresiones positivas de Trump a la presidenta Sheinbaum no son gratuitas ni engaño, de alguna manera es reconocimiento y algo que él casi no dispensa a nadie, respeto. Sus palabras se ratifican con las expresiones del secretario de Estado, Marco Rubio, también favorables a México y especialmente respetuosas a su modo de una relación a partir de la coordinación y comunicación.
El mérito cobra relieve si se considera lo acontecido con otros países y gobiernos, particularmente con Ucrania y su presidente Volodímir Zelenski, a quien EU ha traicionado para inclinar la balanza a favor de Rusia. Igual acontece con la alianza atlántica y la Unión Europea, en un inesperado lance que regresa a EU al aislacionismo bajo la ficción de ser la mejor manera de defender su interés frente al mundo; igual en el ámbito doméstico, Trump, junto a Elon Musk, abre frentes hacia todos lados. El primer mes de Trump no fue promisorio ni exitoso.
Los gobernantes populistas se engolosinan con el apoyo popular que les concede sus decisiones en el gobierno. Son mediáticos y esperan ganar el aplauso a partir del exceso, propio del candidato, pero diferente al del gobernante. Las cosas no van bien para Trump, como revelan los estudios de opinión. En la primera semana de gobierno en el indicador de Real Clear Politics, la aprobación era superior a cinco puntos, ahora es de 1.5 y en el sondeo del Washington Post/IPSOS de días pasados, su aprobación fue de -3%.
La encuesta de referencia es reveladora de las primeras semanas del disruptivo presidente. Lamentablemente, el estudio no presenta información de la postura de Trump frente a Ucrania, la alianza atlántica y los países europeos, asuntos recientes. Sin embargo, los datos son ilustrativos de que la mayor diferencia con México respecto a cómo es la población, en EU hay un mayor apego a los principios democráticos y a la contención del poder presidencial.
La respuesta a una pregunta muestra la resiliencia de la democracia norteamericana a pesar de los hechos y de la popularidad de Trump y la seducción de un cambio radical; se refiere a si el gobierno de Trump debe cumplir con las determinaciones de un tribunal federal al considerar algo ilegal, 84% responden que debe obedecer al tribunal y solo 11% que lo debe ignorar; y cobra relieve por la contundencia de los encuestados y porque 79% de los simpatizantes republicanos lo hacen en el mismo sentido. El consenso sobre la legalidad es abrumador y eso significa que el presidente, por popular que sea, incluso ante los suyos debe acatar las decisiones de un juez. Una monumental distancia con México y la ausencia de una cultura ciudadana en el país. En México se cree que la justicia es independiente de la legalidad.
Los resultados del estudio de opinión no son muy favorables a los temas de México, particularmente en el asunto migratorio. Muchas de las decisiones del gobierno de Trump no tienen mucho respaldo. Preocupa la presencia de Musk y la idea de recortes indiscriminados al gasto público aprobados por el Congreso. En los temas específicos 45% aprueba el manejo en Economía; 44%, el del gobierno; y 50%, el tema migratorio. 51% apoya la deportación de 11 millones de migrantes ilegales.
En dos años habrá elección para renovar la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. No hay mucho margen de maniobra y la imposición de aranceles generaría inflación, su control fue uno de los logros de Joe Biden, esto puede significar perder el Congreso. Los recortes al gasto sin aprobación del Congreso son claramente rechazados por la opinión pública.
Bajo estas consideraciones, los aranceles serán selectivos; probablemente tenga una postura más radical en materia de deportaciones, quizá más espectaculares que generalizadas para no complicar a la economía. El tema de seguridad y de combate a los cárteles se vuelve atractivo y de bajo riesgo, pero al parecer se tiene la convicción de que buenos resultados requieren de la colaboración de las autoridades mexicanas. En breve, un mal inicio para Trump y una situación menos tormentosa para México.