Migración y adicciones, maldición del progreso
La cita con los reporteros era a las 10:30 horas en un hotel de las afueras de Xalapa, pero Alejandro Alito Moreno, líder nacional del PRI y su comitiva, llegaron con una hora de retraso. Eso sí, el campechano se deshizo en disculpas y de inmediato fue al grano.
De entrada, echó pestes contra Movimiento Ciudadano. “El único partido que ha estado apoyando con todo a este gobierno en estas locuras de apoyar y defender los pactos con el crimen organizado, es Movimiento Ciudadano y lo ha hecho públicamente. Ha quedado claro que Movimiento Ciudadano le juega al esquirol del gobierno porque lo único que quiere hacer es buscar candidatos de nosotros, gente nuestra, para dividir el voto opositor”, manifestó.
Más que hablar de las bondades del PRI, centró su conferencia en tundir a sus oponentes y Morena no fue la excepción.
“El peor gobierno que ha tenido el país; el más corrupto, el que más ha perseguido y amenazado a periodistas, un gobierno con más de 200 mil asesinatos violentos y el principal responsable del desabasto de medicamentos eso es Morena”, dijo y por ahí se fue.
En la serie de preguntas y respuestas le pregunté: “Me queda claro que eres el más optimista del PRI y el más perdedor del partido. Esto ha dado como resultado la desbandada de militantes. En esas condiciones ¿de dónde sacará el partido a 212 candidatos a las alcaldías?
Le conté lo sucedido en Tuxpan donde un delegado del tricolor dijo a los priistas con los que se reunió, que el partido pensaba en una mujer para la alcaldía de ese puerto, pero con las siguientes características: “Debe ser una mujer inteligente y con liderazgo natural. Honrada, honesta, de intachable conducta, bien vista por la ciudadanía y con dinero para hacer su campaña porque el partido carece de recursos”. ¿Las candidatas y candidatos deberán pagar sus campañas? ¿Así piensan ganar?, le pregunté.
Me contestó que en su partido están convencidos que todas las mujeres son honestas, trabajadoras y comprometidas: “Un dato que te voy a dar: las mujeres son las que más votan por el PRI, por eso tenemos un enorme compromiso con ellas. Y no creo que haya sucedido lo que tu dices…”.
Yo también lector, soy un convencido que las mujeres son más honestas, trabajadoras y comprometidas que todos los hombres de la tierra (en un porcentaje de 9.9 a 0.1 por ciento) y no dudo que sean las que más votan por el tricolor. Pero de que han sido las más ninguneadas por el partido eso no tiene vuelta de hoja. Y para muestra va este botón:
En 90 años de existencia, cuántas mujeres priistas han sido presidentas, gobernadoras, senadoras, diputadas o alcaldesas, en comparación con la presidenta, gobernadoras, senadoras, diputadas y alcaldesas que tiene Morena. Ya no del 2 de octubre del 2011 (día de su fundación), sino del 2018 a la fecha.
El porcentaje es de 4-1 a favor de Morena.
En cuanto a lo que pasó en Tuxpan, si no cree debería investigar. Aparte de que mi fuente es 100 por ciento confiable, bastará con que pregunte a los priistas locales y ellos confirmarán lo dicho por el delegado.
Alito aseguró que el PRI tendrá candidatas y candidatos en los 212 municipios. “Si vamos en coalición, firmes en coalición; si vamos solos, solos vamos a contender”.
¿Cuántas alcaldías piensan ganar? Y contestó al botepronto: “Todavía no soy émulo de Walter Mercado, pero lo que sí les puedo decir es que vamos a competir”.
Entre competir y ganar hay un mundo de diferencia. Y qué bueno que ya no emule al astrólogo de origen puertorriqueño porque le ha ido como en feria. Desde que asumió el liderazgo de su partido vaticinó que el PRI “barrería” en las elecciones para gobernador y perdió 11 gubernaturas contra dos que ganó en alianza con el PAN.
Alejandro Moreno se niega a aceptar que es un político fracasado y el más perdedor que ha tenido el PRI en casi un siglo de existencia.
Pero ahí sigue, tozudo, recorriendo incansable Veracruz y prometiendo que el PRI tendrá candidatos en todos sus municipios (candidatos de los que hasta ahora nadie sabe nada). Y que está preparado para competir, ya no para ganar, como en sus tiempos de gloria en que hacía polvo a sus oponentes.