Bernardo Gutiérrez Parra/Desde el Café
La disputa de siempre de realidad y percepción en su apogeo, el debate del pasado y el presente en México, y las discusiones mediáticas de los resentidos del sistema que perdieron canonjías, privilegios y el vivir en la abundancia son los temas de reflexión.
Entre la guerra del antes y el después, con la realidad al final de quienes pretenden cambiar o borrar la memoria histórica del pasado y el presente actual, existe un abismo de la felicidad del pueblo de las mayorías del ahora, con la represión, abusos de poder, impunidad y corrupción que se liquidaron con el rigor del voto ciudadano aquel 2 de julio de 2018.
Ahora, la lucha mediática crece y lo malo es que el avance del cáncer informativo del pasado, pretende avasallar al presente reformador, por las fallas en la comunicación social, sin una base de programa y de estructura ideológica, y todo se deja a la improvisación, y al fracaso inevitable de prueba y error, y a dejar el manejo a personajes ligados al pasado.
Es como dejar al país en un ambiente hostil a favor de los caníbales de la información de antes y que en el ahora, siguen a la vanguardia en una lucha retadora por impedir o empañar a la felicidad popular que recibe parte de la gloria de la victoria justiciera con los programas sociales del bienestar que antes los desviaron con una inmensa corrupción y ahora se logró transparentar su entrega por ley a pensionados, personas con capacidades diferentes y a becarios para que les transforme la vida y puedan surgir y superarse ante una sociedad elitista y discriminadora que olvidan el origen de la pobreza y de que el ser humano es migrante por su naturaleza y lo tiene en su genética ancestral de cambiar ante los abusos y el poder de dominación de los poderosos sobre los débiles.
Ahora en México todo es distinto, se cambian las estructuras de la administración pública y se establecen acciones dirigidas a terminar con la alta burocracia inflada en su economía para tratar de ofrecer un bálsamo de cambio al dañado tejido social de antes y que pretende cambiar la dinámica de un país hacia el mejoramiento de la gente en su generalidad.
El único error de los gobiernos en turno de la 4T y del famoso Segundo Piso es que se han adentrado a una lucha en plena selva del asfalto, sin aliados en la comunicación y dando todas las facilidades para que los adversarios y enemigos gratuitos sigan en un afán revanchista y que supuestamente podrían recuperar el poder político hasta un promedio de treinta años, según los analistas.
Así es que la presidenta Claudia Sheinbaum, va ganando terreno en una lucha despiadada en contra de los enemigos de antes y los enemigos de ahora que le dejaron incrustados para intentarla cooptar, pero la doctora experta en ciencia, en el sentido común, el humanismo y la política, no se deja y por lo mismo mueve las piezas del ajedrez político con destreza y ganando batallas que en poco tiempo alcanzará la plenitud de la victoria en favor del pueblo y esto se podrá comprobar el próximo año con las elecciones intermedias en donde sin necesidad del carro completo la apuesta será por la democracia y el equilibrio electoral.
Por lo que no hay que adelantar vísperas y los amargados que lloran y añoran retornar al pasado tendrán una larga penuria con la que se tendrán que acostumbrar a vivir. Andale. Así las cosas.