Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
Ya con un mes quince días en la presidencia del país, la doctora Claudia Sheinbaum, ha demostrado un liderazgo de mano suave, pero muy firme.
Con tersura ha dado puntual respuesta a todo lo que acontece en el país y ha sido contundente en los temas escabrosos de llamar a las cosas por su nombre y esto es una clara señal de verticalidad y de una conducción impecable en los primeros 45 días de estar al frente de una de las naciones reconocidas entre las más importantes y poderosas del orbe.
Sin dejarse llevar por la destellante luz de los reflectores que ya la ponen en el cuarto lugar entre las mujeres más destacadas en el mundo por su liderazgo y por el poder de decisión, la doctora Claudia Sheinbaum, para quienes la conocen y no, es que es pragmática, con mucho sentido común y con el rigor del método científico en sus acciones, lo que significa un gran potencial que sí es cierto, se trata de una mujer de experiencia, fría en las decisiones importantes y que supera lo temperamental o emocional a diferencia de algunos de sus correligionarios heredados y que se pelean por los presupuestos, lo que les augura que muchos y muchas se quedarán en el camino de sus intenciones políticas futuristas.
Los halagos del discurso que han tratado de sublimar a la presidenta Claudia Sheinbaum, no es el camino para seducirla, porque como mujer experta en la política y en los temas emocionales que dañan a los seres humanos, simplemente se concreta a dedicarse a gobernar a una nación que le heredaron, dicho en la metáfora con piloto automático, pero ella disfruta de manejar la nave en la realidad de sentir el pulso de los acontecimientos, sin temor alguno de gobernar de propio mano.
Así es, que los dos líderes legislativos del Congreso de la Unión, junto con sus paleros y seguidores, deberán de entender y conocer que a la presidenta Claudia Sheinbaum, no se le engaña y menos pretender rebasar con los difíciles aires de conflicto que pertenecen al pasado y que hoy ya son otros tiempos, y el que entendió, entendió, diría el famoso Catón, don Armando Fuentes Aguirre.
Y también en Veracruz, mientras la gobernadora Rocío Nahle, pone el ejemplo de trabajo diario muy intenso para atender el tiradero que dejó Cuitláhuac García, en el Congreso Veracruzano, no entienden que la ropa sucia se lava en casa y andan a la greña, el líder de la Jucopo, Esteban Bautista Hernández y el ex líder, Juan Javier Gómez Casarín, por lo que mejor se pongan a trabajar y no quitarle brillo al movimiento político de Morena, en donde los arribistas hacen su agosto como los auténticos chapulines y camaleones que saltan y también cambian de color, ya saben cómo si se tratara de cambiar de camiseta.
Y mientras los morenistas se desorganizan en pleitos estériles, otros partidos como el PRI y Movimiento Ciudadano, andan ya buscando suspirantes a los que como franquicia listos para vender las candidaturas municipales.
Y como dicen por acá de que camarón que se duerme se lo lleva la corriente o simplemente lo echan a la cazuela, dicen que Rubén Moreira, se prepara para venir a Veracruz en gira de trabajo con o sin línea del desprestigiado Alito, el dirigente nacional priísta en vías de extinción y se cocina el pinochetazo al campechano irreverente y lunático.
Y después del Frente Frío número 14, los fuertes vientos del norte dejaron estragos en las líneas de CFE y por ende las protestas en muchos lugares que se dejó sin servicio a mucha gente.
Por cierto, el notorio espaldarazo de la presidenta Claudia Sheinbaum al director del IMSS, Zoé Robledo, en palacio nacional, lo posiciona al chiapaneco, luego de los comentarios mediáticos que lo ventanearon como un funcionario galán y seductor, casi al estilo de la película de Arturo el Millonario.
Mientras, que en igual forma la ex canciller Alicia Bárcena, y ahora titular de la SEMARNAT, se le deslinda de los excesos de un colaborador que hizo mal uso de las instalaciones del Museo Nacional y de forma atrevida cometió un abuso a la confianza de su jefa en ambas dependencias para simular un evento social con un asunto auténticamente diplomático. El hilo se revienta por lo más delgado.
La realidad es que la presidenta Claudia Sheinbaum, demuestra no aceptar, ni tapar los excesos cometidos por funcionarios públicos. Andale. Así las cosas.