Pablo Jair Ortega/Columna sin nombre
El candidato ganador y próximo presidente estadounidense Donald Trump ha planteado un gran desafío a México que va a redefinir las relaciones bilaterales en los próximos cuatro años: regresar a los tiempos en que éramos una semi colonia o definir nuevos marcos en las relaciones bilaterales entre dos países con soberanías asimétricas.
Por segunda vez Trump va a manipular los instrumentos técnicos del Tratado de Comercio Libre para convertirlos en misiles dirigidos a políticas mexicanas de seguridad.
Pero el gobierno mexicano tiene instrumentos para responder con decisión y energía al anuncio Trump de usar aranceles para objetivos políticos para acabar en menos de 24 horas con cuando menos tres cárteles mexicanos que producen y contrabandean droga a Estados Unidos.
México tiene a su favor su condición de proveedor de drogas: un promedio de 30% de estadounidenses –casi 100 millones de personas– tiene diferentes grados de dependencia de las drogas y prefiguran un mercado de consumo que determina la oferta a cargo de los cárteles.
Por ello, México posee capacidad para apretarle tuercas al Cártel de Sinaloa, cerrarle los caminos de flujo de productos para la producción de fentanilo hacia Estados Unidos y crear un muro de seguridad a lo largo de la frontera para que ni un gramo de droga y de heroína y cocaína pase a Estados Unidos y deje a los millones de adictos sin su dotación diaria de droga y que las autoridades locales estadounidenses se hagan cargo de las protestas violentas de los consumidores que necesitan las drogas.
Esta decisión provocaría, desde luego, reacciones violentas del Cártel de Sinaloa y grupos satélites en la zona de Culiacán y áreas de influencia, obligaría a una gran estrategia de seguridad para confrontar de una vez por todas al cártel Jalisco y generaría una inestabilidad en la franja fronteriza norte de la República desde Baja California a Tamaulipas, pero debería asumirse como costo inevitable.
Otra respuesta mexicana estaría en una gran ofensiva política y diplomática para denunciar que el tráfico de drogas mexicano hacia Estados Unidos es producto de la ley económica que establece que la demanda determina la oferta y que los cárteles mexicanos que contrabandean droga a Estados Unidos están sostenidos y fortalecidos por los millones de consumidores americanos.
Además, el gobierno mexicano tendría a su favor las evaluaciones de la DEA de 2005 a 2023 para señalar que Estados Unidos ha permitido en su territorio la consolidación de representaciones formales y autónomas de nueve cárteles mexicanos que controlan el contrabando, la distribución, la venta el menudeo y el lavado de dinero dentro de Estados Unidos y la agencia antinarcóticos señala que dos organizaciones transnacionales mexicanas son las que dominan el mercado al interior de Estados Unidos: el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco.
Los nueve cárteles mexicanos que operan como organizaciones autónomas transnacionales dentro de Estados Unidos no son tiendas de campaña en las calles sino que representan verdaderas estructuras de poder que solamente pudieron haber sido creadas y consolidadas con la complicidad de autoridades de todos los niveles de gobierno de Estados Unidos, comenzando con las oficinas fronterizas México-EU que debieron desde cuándo de haber cerrado la frontera para impedir no solo el tráfico de drogas, sino que los cárteles del narcotráfico sean hoy las principales agrupaciones para el tráfico de personas, es decir, el cártel que pudiera denominarse como de narcocoyotes fronterizos que controlan el cruce de personas y su redistribución a los 50 estados de la Unión americana.
La debilidad del Gobierno del presidente López Obrador y su canciller Marcelo Ebrard Casaubón se dobló a México en 2019 para responder a la amenaza arancelaria de la Casa Blanca y usaron a la Guardia Nacional para correr la frontera México-EU del Río Bravo al Río Suchiate y parar en seco en ese entonces a las caravanas con miles de migrantes que rompieron la línea de seguridad nacional estadounidense y permitieron el cruce de alrededor de siete millones de personas sin cumplir con los requisitos migratorios obligatorios.
Como presidente y en su campaña de reelección, Trump había amenazado con lanzar misiles sobre posiciones territoriales criminales dentro de México, pero lo persuadieron de que era una locura. La amenaza arancelaria a México para liquidar a los cárteles del narco que proveen de droga a EU representa el lanzamiento de misiles comerciales que de nueva cuenta doblarán al gobierno mexicano.
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Política para dummies: la política, como Newton, se mueve con reacciones en sentido contrario y con la misma intensidad.
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@carlosramirezh