Gabriel García-Márquez/Sentido Común
Sin freno alguno, sigue la masacre de la democracia mexicana; desmantelamiento a manos de los sátrapas gobiernos de Morena cuyos lacayos en el Congreso decapitaron principios fundamentales, como la transparencia.
Y, sin vergüenza alguna, traidores a la patria, como Ricardo Monreal, alardearon de la muerte de órganos autónomos que eran pilares para la joven democracia mexicana.
En efecto, desaparecer al INAI no es más que otro capricho transexenal de López Obrador, el verdadero “mandamás” del Maximato que ha convertido en “caricatura de Palacio” a la presidenta Claudia Sheinbaum.
Y es “una caricatura” porque en sus primeros 53 días de gestión, “la señora presidenta” no ha mostrado una sola iniciativa propia y solo obedece los caprichos heredados por López Obrador quien, en los hechos, se ha convertido en el titiritero de Palacio.
Y es que, junto con la destrucción del Poder Judicial, con la captura del INE, del Tribunal Electoral y de la CNDH, la muerte del INAI y otros órganos autónomos, confirman el diseño perverso para la demolición de la democracia y, en el otro extremo, para la instauración de una tiranía que encubrirá –a costa de lo que sea–, el saqueo y depredación del dinero público por parte de los gobiernos de Morena.
Por lo pronto, sin jueces independientes, sin independencia en la CNDH y sin un Instituto de Transparencia autónomo, ninguno de los cientos de ladrones de los gobiernos de Morena pagará por el saqueo descomunal al dinero público.
Más aún, a partir de hoy y por el capricho del expresidente mexicano, viviremos en el reino de la opacidad y nadie defenderá los derechos humanos fundamentales; derechos como el de la transparencia, acceso a la información pública; derecho a la privacidad y hasta derechos a la salud y la educación de calidad.
Todos caprichos de Obrador y que cumplen a pie juntillas la mismísima presidenta, los lacayos senadores y diputados de Morena y que obedecen sin chistar en la CNDH, el INE y el Tribunal Electoral.
En pocas palabras, resulta que “la señora presidenta” y los lacayos de Morena en el Congreso, hacen hasta lo impensable para impedir que los ciudadanos vean el asalto cotidiano al dinero público; para que no exijan sus derechos humanos fundamentales; para que no reclamen justicia y castigo para los pillos y ladrones de los gobiernos de Morena y, sobre todo, para que se acostumbren a la tiranía y que olviden la democracia.
Sí, entramos al umbral de una tiranía que, por todos los medios, pretende que la sociedad mexicana la integren mujeres y hombres ciegos, sordos e idiotas, incapaces de ver y entender el retroceso al que nos llevan los caprichos del “amado líder”.
Lo ridículo del caso, sin embargo, es que muchos de los matarifes de la democracia mexicana son los mismos que antaño reclamaban democracia, transparencia y acceso a la información pública; los mismos que hogaño justifican la muerte de instituciones fundamentales, como el INAI, con el argumento idiota de que son instituciones muy costosas.
Y sólo para que perciban el tamaño del engaño, mantener al INAI le cuesta a cada mexicano un total de seis pesos al año –sí, sólo seis pesos al año–, mientras que López Obrador endeudó al país con la descomunal cifra de 7 billones de pesos; lo que significa una deuda de siete fobaproas juntos.
Además de que caprichos como El Tren Maya, la Refinería Dos Bocas y el Aeropuerto Felipe Ángeles, endeudaron al país como nunca y son obras inservibles.
Pero la masacre a la democracia mexicana no alcanzó sólo al Instituto de Transparencia. No, en realidad se eliminaron cuatro órganos autónomos, dos reguladores y uno descentralizado.
1.- Desaparece el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI),
2.- La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece)
3.- El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT)
4.- El Consejo Nacional de Evaluación de Políticas de Desarrollo Social (CONEVAL).
5.- La Comisión Reguladora de Energía (CRE)
6.- La Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH)
7.- Y la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu)
¿Y qué significa todo lo anterior?
En pocas palabras, que no habrá transparencia en ninguno de los tres órdenes de gobierno –federal, estatales y municipales–, y por tanto los ladrones de Morena seguirán robando a manos llenas.
Que no habrá manera de evaluar la calidad de la educación en México y tampoco el incremento de los niveles de pobreza, en todo el país.
Y que tendrán razón los socios comerciales que empujan la salida de México del Trabado de Libre Comercio, ya que no cumple con lo prometido.
Sí, asistimos al fin de la democracia; masacre ordenada por López
Al tiempo.