Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
El apestado
Muy caro está pagando el Ing. Cuitláhuac García, haberse prestado de parapeto durante 6 años, fingiendo ser el gobernador de Veracruz y dejando que sus amigos y familiares hincharan sus bolsillos con dinero mal habido.
Su desprestigio como gobernante es tal, que ya ni siquiera en su partido lo consideran una figura relevante. Trascendió que su ausencia en la reunión de la cúpula de Morena el sábado 9 de noviembre, se debió a que la dirigencia nacional consideró que no era conveniente invitarlo, pues no lo querían cerca del hijo del ex presidente López Obrador, actual secretario de Organización de Morena y suspirante a la sucesión presidencial en 2030.
Por si el mensaje para él no hubiese sido suficientemente contundente, el lunes 11 de noviembre el diario nacional La Jornada, totalmente afín a la 4T y, particularmente, al obradorismo, publicó los resultados de una encuesta levantada por Demoscopía en la que coloca a García Jiménez como el segundo peor gobernador de todo el país.
Según el “Estudio de Opinión Pública: Aprobación de Gobernantes”, Cuitláhuac García cuenta con el 77.3% de desaprobación y tan solo un 22.7% de aprobación ciudadana.
El repudio generalizado hacia su gobierno fue la nota principal los siguientes días de la semana, mismos que se complementaron con el rumor de que el hijo de AMLO y la cúpula de su partido lo ven ahora como un apestado.
El presidente López Obrador siempre lo presentó como un gobernante capaz y honesto, claro mientras obedecía sus políticas al pie de la letra y le enviaba miles de millones de pesos del erario de Veracruz para fondear los programas sociales del Bienestar, pero ahora eso ya se acabó.
En tan solo 17 días, Cuitláhuac García perderá toda relevancia y quedará para la memoria histórica como uno de los peores gobernadores veracruzanos de la época moderna. No tendrá ningún puesto en el gobierno federal, cuando menos ninguno de relevancia y tampoco consiguió colocar a sus amigos más cercanos en posiciones claves de la administración estatal.
Como en los últimos días de Javier Duarte, todos los días se publican notas en los medios sobre nuevos y escandalosos casos de corrupción en el gobierno, lo mismo en el DIF, que en SIOP y Salud; hay noticias de empresas fantasmas y desvíos millonarios. Lo mismo que con Duarte, el centro de Xalapa está prácticamente tomado por las protestas diarias.
Cuitláhuac García ganará mucho si la nueva gobernadora le otorga impunidad por todos los abusos, delitos e ilegalidades que cometió o que toleró a sus incondicionales.
Pero aunque ande en libertad, muy difícilmente podrá caminar por las calles de Xalapa sin que nadie lo increpe y tampoco regresar como profesor de la Universidad Veracruzana.
Recientemente el rector Martín Aguilar, a quien él impuso y obligó a otorgarle un premio como investigador, le reclamó públicamente que durante toda su gestión jamás respetó el presupuesto del 4% que la Constitución de Veracruz le otorga a la máxima casa de estudios. O sea, en ningún lugar lo quieren.
García Jiménez se hizo de muchos enemigos gratuitos, pues persiguió y encarceló a diversos actores políticos y líderes sociales; torpemente siguió el guión de AMLO al pretender acabar con las organizaciones sociales y los grupos colectivos.
Pero la historia da vueltas, mientras que muchos de los perseguidos continuarán vigentes y en pie de lucha, él en cambio se deberá conformar con el peor rincón del basurero de la historia en donde terminan todos los apestados…
Pozos Castro ofrece diálogo con todos
Ha comenzando la transición en Palacio de Gobierno, el pasado martes estuvieron ahí Ricardo Ahued y José Manuel Pozos Castro, próximos titulares de la Secretaría y Subsecretaría de Gobierno respectivamente, informándose de la situación en que les dejan el changarro.
Llamó la atención la declaración a la prensa de Pozos Castro quien enfatizó que las instrucciones de la gobernadora es “que se dialogue con todos, que se escuche a todos”. Ese sería un primer paso para distanciarse radicalmente del cuitlahuismo.
La persecución y la represión solo sirvió para no atender los graves y urgentes problemas de los veracruzanos, principalmente de los más humildes. Ojalá los que lleguen cumplan su palabra.