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XALAPA, Ver., 11 de noviembre de 2024.- Patricio Ortiz, mejor conocido como Patricio Monero, es caricaturista, historietista, ilustrador, guionista, escritor y novelista.
Tiene una trayectoria de 40 años publicando en periódicos de circulación nacional como La Jornada, Milenio y El Universal, por citar algunos. Actualmente lo hace para Organización Editorial Mexicana (OEM).
Lleva más de 30 años viviendo en Xalapa, pues desde muy joven tuvo el deseo de vivir en Veracruz. Él señala que el 80 o 90 por ciento de su carrera la ha hecho aquí, es decir, desde esta ciudad envía sus dibujos a los medios de comunicación y sus textos a las editoriales, como el Fondo de Cultura Económica (FCE), donde ya se prepara su segunda novela.
Patricio, reconocido también por su trabajo en revistas como El Chahuistle y El Chamuco, me concedió una entrevista para platicar de su larga trayectoria y cómo fue que llegó, para quedarse, a esta capital veracruzana.
Patricio eres originario de la Ciudad de México, pero algunas biografías dicen que también eres de Veracruz. ¿Qué te liga a Veracruz y sobre todo a Xalapa?
Es una infancia y una trayectoria un poquito peculiar, porque nací en la Ciudad de México, pero crecí, mis primeros años, en un pueblito de la Mixteca poblano-oaxaqueña que se llama Coxcatlán. Entonces, viví mis primeros años en pueblitos, también en Michoacán y luego acabé en Sinaloa. Y ya llegué a la Ciudad de México como a los siete años.
Después huí de la Ciudad de México porque nunca me ha gustado vivir ahí. Como a los 19 yo quería venirme a Veracruz, por alguna razón yo quería Veracruz pero nada más me alcanzó para llegar a Puebla.
Entonces llegué a Puebla pero siempre tuve en mente Veracruz, no sé exactamente por qué, sobre todo el puerto. Y viviendo en Puebla conocí Xalapa y me encantó.
Luego tuvimos una oportunidad de venirnos para acá y ya que llegué a Xalapa dije ¡de aquí soy! Y eso fue hace treinta y tantos años.
Tu carrera la has hecho aquí, ¿no?
Básicamente el 80 o 90 por ciento de mi carrera la he hecho estando aquí. O sea, no publicando en medios locales, pero todo lo hice aquí en Xalapa.
¿Cómo te nace el gusto por dibujar y por la caricatura?
El gusto por dibujar me nació desde que era niño. Literalmente primaria, secundaria y preparatoria, lo único que hice fue dibujar. Como a los 10 u 11 años dibujaba muy comprometidamente, compraba revistas y copiaba dibujos, y eso hizo que yo empezara a publicar muy joven, como a los 16 o 17 años ya estaba publicando en revistas.
Entré a un taller con El Fisgón, yo tendría 17 o 18 años, no estoy seguro, habrá sido en 1984. Y ya de ahí empecé realmente a trabajar, a publicar profesionalmente y ganar dinero.
– ¿De moneros mexicanos quiénes son tus principales influencias y quiénes han sido a la vez maestros tuyos?
Mira, influencias de moneros mexicanos, sin duda, Rius, Abel Quezada, Carlos Dzib, Sergio Aragonés, como influencias directas tanto de dibujo como de humor.
Maestros, Rius y El Fisgón, así como formalmente maestros. Y tuve mucha cercanía también con Naranjo, Helio Flores y Magú.
Y, bueno, una escuela muy grande para mí, porque son más mis compañeros de generación y amigos, pues fueron todos los Chamucos, Helguera, Hernández; Jis y Trino también, todos de algún modo coincidimos y trabajamos juntos mucho tiempo.
¿Cuál sería tu definición de caricatura política y cuál es la importancia de ésta?
Pues definición soy malísimo para esas cosas, la verdad no sé. La caricatura es un género periodístico, de opinión, y pues esa opinión se puede dar sobre diferentes temas. Y la caricatura política es esa opinión gráfica, no necesariamente tiene que ser humorística, sobre los acontecimientos políticos.
Yo creo que tiene mucha importancia, sobre todo en un país como México, que tiene una gran tradición de caricatura política y mucho gusto por ella. De ahí la importancia, por ejemplo, de Rius, Abel Quezada, Naranjo, Helio Flores, y de todos los Chamucos.
Desde luego no se puede desdeñar la caricatura, porque es uno de los tantos elementos que han conformado la opinión pública.
El caricaturista debe estar muy informado del acontecer local, nacional, internacional, ¿cómo te das tiempo para eso?
Yo creo que, como todos los periodistas, los caricaturistas somos junkies informativos. Yo todo el día estoy oyendo noticias, ahora estoy muy metido, estoy encantado y sorprendido oyendo noticias sobre Argentina, encontré unas radios bien interesantes, también le echo un ojo a los periódicos argentinos.
En México entré en un chat en donde me comparten los periódicos de todo el país, y ya de ahí leo las columnas que me gustan. Y estoy oyendo los noticieros durante el día mientras trabajo, hago mis caricaturas, libros y demás.
Vaya trayectoria la tuya, publicaste hasta en El Día; ¿en cuántos diarios has publicado y en cuáles actualmente?
En diarios yo empecé en los suplementos de La Jornada, La Jornada Niños, Las Histerietas, La Jornada Semanal. En El Día sí trabajé al principio de mi carrera, habrá sido el 84 o el 85 como caricaturista diario, y en El Universal. Y de ahí he publicado en todos lados, en Milenio, La Afición, publiqué caricatura deportiva, fui corrido ignominiosamente de ahí; en el Excelsior creo que también publiqué algo y en todas las revistas.
Yo ahorita estoy publicando en los diarios de la OEM, la cual ha sufrido una revolución muy interesante. Ahora, por increíble que parezca, los diarios de la OEM están muy bien escritos, muy bien diseñados, muy cuidados y con libertad de expresión absoluta. Entonces, salgo en todos los periódicos de la OEM, cincuenta y tantos periódicos en todo el país, más el Esto, La Prensa, el Ovaciones, o sea, está sensacional.
¿Alguna vez padeciste, por decirlo de alguna forma, la censura?
Sí, por ejemplo, cuando empecé en El Día, yo apenas empezaba, me acuerdo de un editor que cuando no le gustaban los globitos de las caricaturas, los recortaba y él escribía lo que quería y, bueno, pleitazo.
Luego estando ya en Milenio, estando yo muy posicionado, entregaba mis caricaturas en México, y aquí, en el Milenio El Portal de Veracruz, me las censuraban cuando tocaba yo temas de Veracruz, y los de México se peleaban con los de aquí para que me respetaran.
Luego en El Chamuco sí hubo algunos problemas de amenazas por lo que publicamos, pero la verdad mínimo. Bueno, aquí, el ahora prócer de la democracia, Miguel Ángel Yunes, cuando era Secretario de Gobierno de Chirinos, me bloqueó todo para que no presentara mi primer libro en 1996.
Sé que alguna vez te cansó la caricatura política y comenzaste a hacer otras cosas, ¿no?
Mira no sólo me cansó, estoy cansado de la caricatura política, al punto de que hago caricatura sobre política pero de otra manera. Si te fijas está más enfocada al humor, le busco vertientes, no dibujo políticos porque me da una flojera inmensa. Hago eso porque es con lo que trabajo en los diarios, pero buscándole esas variaciones.
Y paralelamente a eso, que es en lo que más estoy metido, estoy haciendo mis libros, en la escuela de Rius, libros didácticos, llevo desde el 2015 haciendo una serie que se llama México antes de ser México, sobre la historia del México indígena. Llevo tres tomos publicados, estoy por terminar el cuarto. Entonces ahí estoy metidísimo, feliz, y también estoy escribiendo novelas, pintando y con un proyecto de cine.
Cuéntame más de tu serie de libros titulada México antes de ser México, ¿quién los publica?
Publicados en Grijalbo. Son unos libros que están bien padres, que me han costado un trabajo y años y años de estudio y desarrollo. Estoy a punto de entregar a la editorial el cuarto tomo, que es sobre los mayas del periodo clásico mesoamericano. El primer tomo es sobre el poblamiento del continente, el segundo es el preclásico mesoamericano, el tercer tomo es el clásico mesoamericano desde Teotihuacan hasta los Guachimontones y el cuarto tomo es sobre los mayas en el clásico. El de los mayas está quedando padrísimo, está increíble, me ha llevado cuatro años hacer ese libro.
En cuanto a tu primera novela, titulada Tres amigos, un Maserati y los señores mayas del tiempo, le fue muy bien desde su publicación, ¿no?
La novela se vendió muy bien, se acabó toda la primera edición. Creo que ya se reimprimió y creo que se sigue vendiendo muy bien, lo cual me da muchísimo gusto.
Y fíjate que tuve una experiencia buenísima en el Fondo de Cultura Económica, primero porque salió en la Colección Popular, que es una colección literalmente muy popular, los libros son muy baratos, están muy bien hechos, muy bien diseñados y con una amplia distribución.
Me gustó mucho tu novela, es un viajezote sin monitos, pero en tus palabras, ¿de qué va este libro?
Es una novela que yo digo que es humorístico, político, místico, mágico, musical. Trata de tres amigos, como lo dice el nombre del libro, que están en el presente, más o menos están a finales del sexenio de Peña Nieto y van a Calakmul o tienen el plan de ir a Calakmul.
Y en el camino se encuentran con un personaje, que es don Xuno, que los lleva a otro lado, los lleva a unas ruinas diferentes, un pequeño sitio maya desconocido y acaban viajando en el tiempo, terminan en 1994, unos días antes del asesinato de Colosio. Y ahí tienen que decidir qué hacer y cómo hacerlo.
Y ya tienes una nueva novela en puerta, ¿es correcto?
Mi siguiente novela, que se llama La hija cubana de Mick Jagger, ya está entregada al FCE. Me dijo mi editor que este mes me entrega las galeras para la última revisión y pues debe entrar a imprenta a principios del año próximo. Ocurre en 2016 en La Habana, durante y después del concierto de los Rolling Stones.
Y ya estoy trabajando en la siguiente, que se va a llamar La plenitud del pinche poder, que fue algo que dijo Fidel Herrera a la mitad de su sexenio y es una novela en Veracruz y sobre Veracruz.
Muy bien, Patricio. ¿Algo más?
Pues nada, ¡que en mis ratos libres vendo tamales!