Víctor Sánchez Baños/Poder y dinero
El sur de Veracruz enfrenta un problema que afecta gravemente el desarrollo económico y la calidad de vida de sus habitantes: el mal estado de sus carreteras. El deterioro de la infraestructura vial no solo es una cuestión de comodidad, sino de seguridad y de competitividad para la región, que depende en gran medida de su red carretera para el transporte de bienes y personas.
Las principales arterias viales que conectan a los municipios del sur de Veracruz, como la carretera Transístmica, están plagadas de baches, grietas, hundimientos y tramos que se han vuelto casi intransitables. Las condiciones climáticas de la región, caracterizadas por fuertes lluvias y altos niveles de humedad, agravan el problema. El mal drenaje y la falta de mantenimiento preventivo han convertido algunas carreteras en trampas mortales para conductores y peatones.
Aun cuando la autopista Cosoleacaque-La Tinaja ya está en reparación, los trabajos van muy lentos y sin una planificación que ayude a evitar los congestionamientos que mantienen embotellados por horas a los conductores.
UNA RED VITAL EN DECADENCIA
El mal estado de las carreteras repercute directamente en la economía local. El transporte de mercancías, particularmente desde y hacia los puertos de Coatzacoalcos y Salina Cruz, se ve gravemente afectado, lo mismo que hacia otros destinos que forzosamente tienen que utilizar estas vías. Las demoras y los daños a los vehículos elevan los costos logísticos, lo que encarece los productos y limita el crecimiento económico. Las pequeñas y medianas empresas, que dependen de la movilidad para distribuir sus productos en la región, son las más afectadas.
El sector agrícola y pesquero también sufre las consecuencias, ya que los productores enfrentan dificultades para trasladar sus productos a los centros de distribución. Esto no solo afecta sus ingresos, sino que también reduce la competitividad de la región en los mercados nacionales e internacionales.
NECESIDAD DE ACCIONES INMEDIATAS
La seguridad es otra de las grandes preocupaciones. Las carreteras en mal estado aumentan el riesgo de accidentes, muchos de ellos fatales. Los conductores de automóviles particulares, camiones de carga y transporte público lidian con condiciones peligrosas que obligan a maniobrar en tramos angostos, evitar baches y enfrentarse a la posibilidad de derrapes. En muchos casos, las condiciones son tan malas que los vehículos sufren daños importantes que, a largo plazo, resultan costosos para los propietarios.
Ante esta situación, es urgente que las autoridades estatales y federales tomen medidas inmediatas para la reparación y mantenimiento integral de las carreteras. Se requiere una inversión significativa en la rehabilitación de la infraestructura vial, utilizando materiales de alta calidad que resistan el clima extremo de la región. No se trata solo de tapar baches o hacer reparaciones temporales, sino de implementar soluciones a largo plazo que garanticen carreteras seguras y transitables.
Además, es fundamental mejorar la supervisión de las obras para evitar casos de corrupción o uso indebido de recursos, problemas que en el pasado han obstaculizado el progreso de la región. Las asociaciones empresariales, cámaras de comercio y organizaciones de la sociedad civil también deben ejercer presión para que este tema sea prioritario en la agenda gubernamental.
IMPACTO EN LOS TIEMPOS DE RECORRIDO
Uno de los efectos más evidentes del mal estado de las carreteras es el tiempo que toma desplazarse a destinos clave. El viaje desde Coatzacoalcos hasta Xalapa, la capital del estado debería tomar alrededor de 4 a 5 horas en condiciones normales, pero debido a los daños en las carreteras, puede extenderse a más de 7 horas, dependiendo de las condiciones del clima y del tráfico. Esto representa una gran desventaja para quienes requieren realizar trámites, gestiones gubernamentales o viajes por motivos de negocio.
De Coatzacoalcos a Catemaco, anteriormente se hacían 2 horas y debido a las pésimas condiciones en que se encuentra la carretera se hace más de 3 horas.
Aún más preocupante es el viaje a la Ciudad de México. En circunstancias óptimas, la distancia entre Coatzacoalcos y la capital del país se cubre en aproximadamente 8 a 9 horas. Sin embargo, las pésimas condiciones viales en algunos tramos alargan este tiempo a más de 12 horas, haciendo el viaje agotador y poco viable para muchas personas. Esto afecta no solo a los habitantes que necesitan desplazarse, sino también a los transportistas que dependen de una red eficiente para entregar mercancías a la capital.
Últimamente los autobuses y automovilistas tienen que tomar distintos atajos para evitar caer en los embotellamientos que se presenten cada día, corriendo el riesgo se ser asaltados o de sufrir una volcadura por el mal estado en que están estar carreteras, por lo que ya nadie se puede confiar en los pronósticos proporcionados por las líneas de autobuses e incluso por el servicio de GPS.
ES IMPERATIVO ACTUAR DE INMEDIATO
El mal estado de las carreteras en el sur de Veracruz no solo representa un obstáculo para el desarrollo de la región, sino que pone en riesgo la seguridad y el bienestar de sus habitantes. Es imperativo que se actúe de inmediato para reparar a fondo la infraestructura vial, con una visión a largo plazo que permita no solo mejorar las condiciones actuales, sino garantizar el crecimiento futuro de esta importante zona del país.
En resumen, reparar las carreteras del sur de Veracruz no es solo una cuestión de urgencia, sino una necesidad para asegurar el desarrollo económico, la seguridad y el bienestar social de toda la región.
Lo peor de todo es que esto no nada más sucede en el sur de Veracruz, sino también en centro y en el norte.