Ricardo Alemán/Itinerario político
Los privilegios acabarán, pero el pueblo es eterno.
Conde de Mirabeau (1749-1791) Político, escritor y orador francés.
Me encuentro en el Senado de la República. Son las 15 horas. Es 9-11; once de septiembre, unas horas después de la aprobación por una mayoría calificada de la llamada Reforma Judicial. Ya se habían borrado las huellas de la demostración de repudio a las órdenes de López Obrador; la sumisión del Poder Judicial al Ejecutivo. El Legislativo, a los pies del Presidente, cumplió su encomienda, a pie de la exigencia, pisoteando la exigua democracia mexicana, pero nuestro orgullo. La 4T, le quitó al país, hasta eso.
Las batallas que se vivieron en el Congreso, dejaron heridos emocionales entre los que estaban en favor y los que jugaron en contra a la propuesta del presidente López Obrador.
Las trincheras estaban abiertas. En los partidos políticos de oposición se vieron personajes como Marko Cortés del PAN, que peleaba con quien le dio la espalda a pesar de haberle dado el feudo del Puerto de Veracruz y Boca del Río, así como fuero para evadir la justicia a investigaciones penales por abusos de autoridad. Si, un pleito vecindero de un despechado por el abandono y Miguel Ángel Yunes, el legislador que un día dijo que estaba en contra de la reforma y al día siguiente dice que cambio sus convicciones.
Estimado lector, la traición, decía Maquiavelo, es el único acto de los hombres que no se justifica. Los celos, la avidez, la crueldad, la envidia, el despotismo son explicables y hasta pueden ser perdonados, según las circunstancias; los traidores, en cambio, son los únicos seres que merecen siempre las torturas del infierno político, sin nada que pueda excusarlos.
La traición política o la traición a la patria es sin duda un uno de los actos más, execrables, despreciables, ruines y vergonzosos que un ser humano pueda cometer contra otro, contra un grupo político, contra un ejército, contra una nación incluso contra la humanidad entera si se diera el caso, todo depende del contexto en que sucedan los hechos, como relató José Ramírez Hernández, periodista yucateco.
NOMBRES, NOMBRES, NOMBRES
En el proceso de cumplimiento de la orden de AMLO para la reforma judicial, los primeros traidores fueron Araceli Saucedo, de Michoacán, y Jesús Sabino. Herrera, de Tabasco. Con estos dos, Morena y sus aliados PVEM y PT, contaba con 85 senadores. Sin embargo, les faltaba 1 para la mayoría calificada.
Empezaron a coquetear en la oposición y lograron 2 simpatizantes. Uno de Movimiento Ciudadano, el senador Daniel Barrera, a quien Layda Sansores y la Guardia Nacional, le armaron todo un tinglado para justificar, según él, su presencia en aquella entidad, debido a que su padre, del mismo nombre, y su correligionario y líder de MC en el Congreso Local, Paul Arce, también naranja, habían sido detenidos.
Si ustedes creen en las coincidencias, Daniel estuvo acompañando a su papá hasta las 22 horas, precisamente en el momento exacto de la votación en la casona de Xicoténcatl.
Si ustedes le creen, yo tampoco. Además, Dante Delgado debió estar informado.
En el PAN, Miguel Ángel Yunes, cambio de parecer en poco tiempo. A unas horas de declarar públicamente que votaría en contra de la iniciativa presidencial, dijo que siempre NO y votaría en su favor. Dice que “por convicciones” cambio su voto, pero la realidad es otra. Le ofrecieron impunidad a la manera indiscriminada de usar los recursos públicos para su bienestar.
Pero, en el morenismo de Veracruz, no le darán tregua a quien traiciona todo a su paso. Aunque AMLO diga lo contrario, no le darán perdón, ni olvido, a Miguel Ángel Yunes Márquez y su padre Miguel Ángel Yunes Linares, ni a su madre, esposa (edil de Veracruz), ni a nadie de su familia. El diputado federal por el municipio de Coatepec, Adrián González Naveda, afirma qué pese a que los Yunes votaron por la Reforma, “lo hicieron por conveniencia; que los abusos y tropelías de los Yunes contra los veracruzanos no pueden ser omitidos, que no hubo pacto alguno con ellos para otorgarles impunidad…”.
En la trinchera del PRI, se apreció un recio control de su banda del campechano Alejandro Moreno, Alito.
Pero, vayamos al fondo. Esta controvertida reforma constitucional, la cual cimbra a la estructura de jueces, magistrados y ministros, a nivel federal y estatal, se basa en tres columnas.
1.- La elección de esos funcionarios, mediante el voto en las urnas. Esto, queda totalmente cuestionado por especialistas en la materia y la experiencia de países donde se tiene ese sistema han demostrado su fracaso, por la intromisión de partidos políticos, los líderes gubernamentales y, en algunos países con el poder factico del crimen organizado.
2.- La creación de un tribunal que sustituya el Consejo de la Judicatura, a fin de juzgar violaciones de funcionarios judiciales. Esto, implica riesgos ya que ante una decisión judicial importante, que no le guste a los gobernantes, los jueces podrían ser encarcelados.
3.- Se trata de una reforma que va en contra de la actual estructura de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y no cambia, para nada, la estructura de mayor corrupción en la cadena de judicial, que va desde las policías, los agentes del Ministerio Público, los jueces y el sistema penitenciario. Durante la actual administración no hubo ningún cambio, ni se democratizó, ni mucho menos se eliminó la corrupción. Los delincuentes aprovechaban la debilidad de las averiguaciones previas y de los beneficios que da el dinero en las prisiones.
Sí, es necesaria una reforma integral al sistema de aplicación de la justicia.
Si, es necesario que abarque desde el asalto callejero y en los hogares, hasta la extorsión y la corrupción.
Si, que los jueces no actúen con impunidad y operen varios órganos de vigilancia y castigo contra sus abusos.
Si es necesario que haya un abogado de oficio, capaz y con salario digno para defender a los más pobres, en todas las materias.
Si es necesario erradicar la corrupción. López lo prometió y no cumplió.
Pero, lo más importante es acabar con la impunidad. Y, de eso no hablaron ninguno de los partidos políticos durante el debate.
Se habló de extorsiones, secuestros y ataques a estudiantes y trabajadores del Poder Judicial. Pero, lo único que quedó fue una reforma judicial inconclusa. O, ¿tu qué opinas?
@vsanchezbanos