Jorge Robledo/Descomplicado
Muy lamentable que el escándalo que explota por todos lados en este momento, en torno a la reforma del Poder Judicial, sea en el fondo por intereses económicos. Y que sectores que desconocen lo que es el ejercicio judicial, como los estudiantes de derecho, se sumen en una solidaridad que no queda clara. Es como una expresión gremial de defensa del compañero cuando ese compañero puede ser un tranza. Eso lo vemos por ejemplo en el periodismo con los que sostienen esa denigrante frase “perro no come perro”, aunque haya integrantes de enorme corrupción en ese gremio. Eso también habla de la perspectiva política de lo que es actualmente el ejercicio del derecho. Salvo sectores que ven la defensa y el apoyo jurídico como una función social, la enorme mayoría de los que salen de una escuela o facultad de derecho están buscando el triunfo que se exprese en dinero. Conozco muchos de esos casos. Por otra parte, aunque ha habido otros casos tan conflictivos como la reforma actual, la que sucedió en 1860 es la que mejor se le equipara. Porque la lucha contra una iglesia católica avorazada y abusiva, tiene mucho paralelismo con la que se plantea contra el Poder Judicial actual.
SIMILITUD ENTRE LAS LEYES DE REFORMA DE JUÁREZ Y LA DEL PJF, DE AMLO
Ciento sesenta y cuatro años se cumplirán el seis de septiembre, de que Benito Juárez proclamó en Guanajuato las Leyes de Reforma. Tendría que medirse que diferencia hay entre la reforma al Poder Judicial y las que quitaban el gran poder que ejercía la iglesia católica. Las leyes siempre se dictan para resolver o eliminar un problema o para crear algo, pero casos como estos dos son paradigmáticos porque lo que estaba y está en el juego era y es el ejercicio del poder y en un lado el abuso de ese poder. El control que tenía esa iglesia no solo en nuestro país sino en muchas partes del mundo se expresaba entonces incluso en el ejercicio del poder. Muchos dignatarios teológicos lo ejercían no solo religioso sino político. Y ese poder desde luego tenía como fin no solo controlar la vida de las personas, sino su propia economía.
A 164 AÑOS, LAS LEYES DE REFORMA MARCAN UNA SIMILITUD EN LA DEL PJF
El tema de las leyes de reforma ha sido permanentemente abordado a lo largo de estos 164 años y evidenciado un poder que se alzó de nuevo en la Cristiada a fines de los años treinta del siglo pasado, que no era sino un caso de reverberación de aquel poder que clausuraron las leyes de Juárez. Estas ya especificadas entonces en el artículo 130 constitucional al que intentó frustrar y algo le canceló Carlos Salinas de Gortari, en su reforma en los años noventa, para quedar bien con el clero. En una síntesis oficial se destacan los cinco puntos fundamentales que fueron tomados en cuenta y que dieron lugar a las leyes que lanzó en paquete de iniciativas Benito Juárez desde Veracruz, en julio de 1859. Estos puntos se refieren a la separación entre iglesia y estado, nacionalización de los bienes del clero, extinción de las corporaciones eclesiásticas, secularización de cementerios y fiestas cívicas, y promulgación de la libertad de culto.
UNA FORMA DE CONTROLAR EL PODER, ES A TRAVÉS DE REFORMAS
Esos puntos profundamente estudiados por el abogado que era don Benito y sus asesores, se lanzaban contra el enorme poder de lo que ahora es de control oficial, como el registro civil que permitía a esa iglesia controlar toda la vida del ser humano desde su nacimiento y registro, su vida en diferentes procesos hasta llegar a los gastos mortuorios. Aparte estaba el control que entre muchas cosas, ejercían sobre los bienes, ventas y rentas. Era una iglesia riquísima, frente a la pobreza de la población, muy similar al sistema que ejerció después el PRI desde el poder y que dejó como sabemos, 60 millones de pobres que al parecer se han reducido en este sexenio, a 39 millones.