Raymundo Jiménez/Al pie de la letra
Juan Javier Gómez Cazarín*
La inminente despedida de la vida pública del Presidente Andrés Manuel López Obrador es un momento agridulce. Por un lado, la felicidad, la satisfacción y el orgullo de lo que se ha logrado; por otro, la inevitable nostalgia anticipada de tener que decirle “hasta siempre, Presidente”.
Se va como llegó: radiante, lúcido, seguro, dueño de la situación. Se va por la puerta grande de la historia. Colmado del amor de millones de mujeres y hombres que confiaron en su palabra y ahora ven esa palabra convertida en hechos.
El domingo fui uno más en el Zócalo. A mucha honra. Desvelado y bajo el sol, pero con el ánimo por todo lo alto, presencié un capítulo dorado de la vida de México. Algún día veré las fotos y los documentales de ese 1 de septiembre y diré que estuve ahí.
Viendo a Andrés Manuel a pocos metros de donde yo estaba, me vino a la mente la pregunta de si lo estaría viendo por última vez. Me di cuenta de que, probablemente, así era y, como ya dije, mi alegría se mezcló con tristeza.
¿Qué le diría si lo viera a los ojos? Lo primero que me brota, de manera espontánea, es “gracias”. Tendría que dedicar mucho espacio para explicar esas “gracias”.
“Gracias” por no quebrarte ante la adversidad de dos fraudes electorales. “Gracias” por convencernos de que la tercera era la vencida. “Gracias” por ganar en el 2018 con la brutal contundencia del 53 por ciento de los votos. “Gracias” por encabezar el mejor Gobierno del último siglo. “Gracias” por cambiar la vida de millones. “Gracias” por enseñarnos el camino y asegurarte de que esto no se acabe cuando te hayas ido.
Y esa gratitud, estoy seguro, la comparto con incontable gente que nunca lo olvidará.
En 29 días, cuando tengamos de Presidenta a Claudia Sheinbaum, las mexicanas y los mexicanos no habremos heredado el país en ruinas que recibió AMLO en el 2018.
Sobre las bases firmes de esta primera etapa de la Cuarta Transformación, Claudia Sheinbaum, la primera mujer Presidenta, acompañada del pueblo de México podrá consolidar logros, profundizar cambios y proyectar al país hacia un futuro que habría sido imposible bajo el decadente régimen del PRIAN.
Andrés Manuel cierra su etapa de vida pública de manera ejemplar.
*Diputado Local. Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado.