Pablo Jair Ortega/Columna sin nombre
La creación de leyes en los estados que se apeguen a los principios fundamentales del derecho interno e internacional, es parte de su soberanía y ningún organismo puede meterse. Ni la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuya relatora especial Margaret Satterthwaite, señaló que el organismo se opone a la reforma del poder judicial que este gobierno está planteando. Entre otras cosas porque cree que la independencia de los jueces debe ser respetada. La respuesta desde el Senado ha sido que dicha independencia será plenamente respetada. Quizá ignora esa funcionaria que precisamente esa libertad ha permitido a lo largo de años que el mencionado poder ejerza sus funciones en sentido contrario de la justicia y que en los últimos tiempos ha liberado de culpa a infinidad de delincuentes. La respuesta oficial fue en el sentido de que la soberanía del país se puede insertar en las reformas de poderes y que en este caso está guardando todos los principios para su aplicación.
DECENAS DE PAÍSES VIOLAN DERECHO INTERNACIONAL ¿SANCIONA LA ONU? Curioso que la ONU se meta en lo que es una forma legítima de transformar para bien a un poder y atrás de eso puede estar el tufo de la oposición o de los mismos ministros de la Corte. Además, cuando en el mundo decenas de sus miembros aplican leyes que privilegian la pena de muerte, que sancionan a los que ejercen su diversidad sexual y se quedan callada ante la agresión que sufren mujeres en países a las que imponen una serie de limitaciones. El poder judicial en muchos países, por otra parte, se ha convertido en ente político y lo vimos en Brasil y lo vemos en Argentina y Ecuador para mencionar solo a algunos. La ONU no dijo nada a lo largo de los regímenes príístas que nombraban a jueces a su antojo y uno de los presidentes Ernesto Zedillo eliminó a todos los ministros y nombró los suyos. Hubo maniobras del ejecutivo como fue el caso de Felipe Calderón con el poder judicial, que en contubernio con Nicolás Sarkozy ex presidente de Francia dejaron libre a una presunta secuestradora como Florence Cassez. La ONU ausente.
ES EN LOS VERDADEROS CONFLICTOS DONDE DEBE VIGILAR LA ONU
En el conflicto actual en Venezuela, la ONU no ha definido plenamente su posición y también se queda callada con la intervención descarada que están haciendo Estados Unidos y la Unión Europea. Hay indicios de que están apoyando un golpe de estado. Y en ese contexto la ONU si se puede meter porque la OEA maniobra en sus estados miembros casi siempre al servicio de Estados Unidos. Pero la ONU tiene jerarquía mundial y está por encima. Otra de las funciones primordiales de la ONU es preservar precisamente esa unidad que enuncia su nombre. Y esa función depende mucho de la paz, cosa en la que el mencionado organismo no ha cumplido. Hasta 2010 había habido 246 guerras desde la creación de la ONU en 1946, en 151 sitios, más las de los años siguientes. Actualmente repuntan dos entre varias, la de Ucrania contra Rusia y la de Israel contra Palestina. Ninguna de las dos ha detenido, si bien ha aportado vidas y recursos en el caso de Palestina. Eso se le reconoce, lo mismo la lucha permanente que sostiene para que esa guerra se acabe. Las decisiones internas de los países están plenamente definidas por las constituciones locales y en el caso de México se han tomado todas las precauciones y condiciones para realizar una reforma judicial que realmente sirva a la justicia de los mexicanos. La ONU, lejos de oponerse, debería de participar con ideas y cumplir su obligación de apoyar a estados libres que desean cambios.