Raúl López Gómez/Cosmovisión
Las declaraciones del Presidente López Obrador en días pasados entorno a que por encima de la ley de protección a los datos personales está su autoridad moral y dignidad, presume haber apretado el botón del manual no escrito de la IN – SEGURIDAD de actores que ha mencionando, y en varios momentos.
De entrada, Adrián Alcalá, titular del INAI (Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales), salió a la luz – entiendo que por y con toda la responsabilidad de un organo autónomo – y explicó que no hay nadie por encima de la ley.
Y más vale que este lenguaje y acciones, se detengan o cuando menos se encausen al rumbo de la investigación de oficio por el INAI ante la divulgación del teléfono de una periodista del New York Times, lo que podría derivar en diferentes sanciones administrativas,- y sería ejemplo histórico- pues podría llevar a la posible inhabilitación para poder ejercer cargos públicos, de ese tamaño es el asunto o sea, dos rutas: los riesgos de orden personal e inseguridad, y el no poder ejercer empleo en las instituciones.
Me parece que no sólo desde la conferencia “mañanera” del día jueves 22 de febrero, sino casi desde el inicio del sexenio, Don Andrés Manuel ha realizado sus acciones de conducta con cierto grado de acoso político y una especie de bullying en contra de actores – mujeres y hombres – y que me parece incluso, de forma innecesaria, pues no son rivales, adversarios o enemigos en la arena y cuadrilátero del Poder Ejecutivo, y eso no va ni queda en un jefe de estado.
La responsabilidad de todo Jefe del Poder Ejecutivo en México es cuidar de todo y todos, para que nos vaya bien a la sociedad en su conjunto, sin distingos de colores y sabores, y menos de orden partidista.
Hace unos días titulé la columna
«CIBERATAQUES Y HACKEOS CRECEN EN ÉPOCA POLÍTICA», y justamente advertí la necesidad de evitar erosionar la agenda de por si contaminada para caminar a la jornada electoral del día 2 de junio venidero, pero además en plena recta final del sexenio, y más aún correspondiendo al estado mexicano y en especial al Presidente, cuidar de todo, pero también de todos.
La ley no sólo puede obligar a unos sino a todos, y creo aqui los colaboradores del presidente deben orientarlo, sobre todo el equipo cercano en materia de la legalidad, transparencia, acceso a la información pública y a la rendición de cuentas.
Los impulsos sin control suelen atropellar y es ahí cuando se violenta la norma y los derechos de las personas.
DE SOBREMESA
La noticia que en recientes horas circuló entorno a llevar agua de Veracruz para Tamaulipas, «si viviera Cantinflas diría que ese asunto tiene sus asegunes».
De entrada hablar de 20 metros cúbicos por segundo es un caudal monstruoso,- sería para todo el estado,- incluso mayor que el de Cutzamala en la zona de los estados de Michoacán y Estado de México.
Habría que conocer la solicitud que se dice hizo por Tamaulipas al Gobierno de la República, pues se menciona que apenas lo ha acordado el vecino Gobernador con el Director de la Conagua; y de ahí a que sea autorizada la concesión, le falta tiempo por no decir mucho tiempo.
Y además, Tamaulipas es una entidad que tiene costas y ríos, y ¿para qué llevarse el agua desde y de Veracruz?
Esta historia por los Recursos Hídricos será tema en época de estiaje y caudal, pero político, y ojalá haya información objetiva y no desinformación que inhiba a productores e inversionistas.
¡ ES CUANTO !
José Luis Enríquez Ambell
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Secretario General de la Federación Auténtica de Trabajadores del Estado de Veracruz (FATEV – JLEG) Registro Federal del Trabajo # 5844 y Director General de la Consultoría y Asesoría Integral AECAI Torre Ánimas en Xalapa, Ver.