Pablo Jair Ortega/Columna sin nombre
Es curioso como las palabras pueden causar más impacto que los hechos en si. El mismo día 18 de febrero se usaron dos términos, uno en Adis Abeba y otro en la Ciudad de México, que son asumidos según los hechos: el holocausto y la democracia. Lula da Silva presidente de Brasil, configuró con plenitud en el primer sitio, lo que está en la mente de muchos y lo dijo abiertamente: en Gaza se está aplicando un genocidio similar al holocausto que aplicó Hitler a los judíos, en la Segunda Guerra Mundial. La reacción de Benjamín Netanyahu titular de la definición, no tardó en aparecer horas después, en medio de la indignación y el gobierno de Israel declaró al sudamericano persona non grata. En la ciudad de México, durante la concentración de los opositores en el Zócalo en un acto que tuvo como definición la palabra democracia, ésta fue mencionada multitud de veces, parte del discurso del único orador y definición única de un manifiesto que se leyó en el acto. Pero en un entorno de personajes conocidos por sus trayectorias, al contrario de la definición de Lula con elementos terribles, la palabra cayó en el vacío, un zócalo abierto al infinito ante la nula contextura de los que la demandaban. Había ahí de todo, autónomos acusados de arbitrariedad, ministros ligados a una justicia coja, líderes de partidos que han vivido de las prerrogativas del pueblo sin aportar nada y multitud de personajes que se insertan en busca del pasado. La democracia apareció como un término vacío frente a la verdad inhumana de lo que pasa en Gaza.
HECHOS MUNDIALES QUE EXHIBEN LO QUE SON LOS GOBIERNOS
La definición de países de la Unión Europea (UE) en apoyo a Israel, ha ido bajando de tono ante la realidad de los acontecimientos. Ya desde Reino Unido ha habido demandas de suspensión de las agresiones. El último ha sido Emmanuel Macron en Francia, asustados tal vez con lo que pueda pasar con su propia situación ya que el mundo aumenta la demanda para que Israel sea juzgado por crímenes de guerra, severamente. Sin embargo, esos países no aprenden. Ahora con la muerte del opositor Navalny, si saber realmente que sucedió, ya se acercaron a la viuda para darle todo su apoyo o sea meterse en camisas, sin conocer a fondo que ha pasado. No hay ninguna diferencia con Joe Biden que a pocos minutos de saber de la muerte del opositor ya preparaba su venganza contra Vladimir Putin. La reacción de todos estos tipos indudablemente no puede estar cifrada en falta de intelecto (aunque hay casos), pero es que están esperando para lanzarse con una presunta justificación a ladrar con armas que es su equipaje permanente. En el caso de Gaza, Lula los puso en su lugar, pero se le van a echar encima.
DEMOCRACIA, CONCEPTO LLEVADO Y TRAÍDO, A ANTOJO
Volviendo al término democracia, lo toman como bandera cada vez que quieren golpear al gobierno que no está de acuerdo con sus intereses. José Woldenberg, que estuvo presente en el acto del domingo en el Zócalo, ha escrito una serie de libros sobre el término lo que no impide que termine aliado a personajes sometidos a cuestionamiento y que de democráticos no tienen nada. Es, ese mecanismo la democracia, con el que buscan la lucha por el poder, aunque solo sea para golpear, sin que se sepa realmente que es y como aplicarlo. Porque una cosa es la definición y otra el comportamiento. Habrá que preguntarse si el término que tanto mencionan se ha puesto en exhibición en ese pleito por el presupuesto donde una gran mayoría de los que estuvieron en el acto del domingo ya tienen seguro sus salario por seis años, por la distribución que hicieron en su momento de lo que les dará la tan mencionada lucha por el poder.