Andi Uriel Hernández Sánchez/Contrastes
El apoyo de México a la propuesta africana de investigar el genocidio en Gaza, tiene ese toque evasivo que le imponen las delicadas relaciones con Estados Unidos, porque la condena en Gaza, no es solo contra Israel sino que incluye a Hamas. Esta agrupación inició las actuales circunstancias, pero ha sido Israel durante décadas el que ejerció sobre Palestina una constante agresión, un terrorismo de país que mataba, destruía y exigía desalojo sin tener derechos, lo que generó en su contra la venganza del palestino Hamas. Israel creó ese llamado terrorismo que ahora denuncia. Eso debe quedar plenamente definido para entender este conflicto. Israel ha sido el agresor y ante la inoperancia de la ONU y otros medios que pudieran impedir las agresiones, ha recibido la respuesta de Hamas, que él mismo construyó. La molestia de la embajada de Israel contra México, era prevista porque se ha metido, igual que la embajada de Ucrania, en la vida de países como, el nuestro, que tienen plena soberanía. La defensa de los civiles, asesinados a mansalva por Israel sobre todo niños, es de una urgencia que no se puede detener.
LA CORTE PENAL INTERNACIONAL, ANTE UN GENOCIDIO QUE ESTÁ EXPUESTO
Los que acuden a la Corte Penal Internacional (CPI), van por genocidio, lesa humanidad, crímen de guerra y agresión. En todos está involucrado Israel a través de su primer ministro Benjamín Netanyahu. Y sobre cualquier acusación de tan alta gravedad, aparece la sombra de Estados Unidos. Hay que recordar que Estados Unidos no está de acuerdo con la CPI, surgida el 17 de julio de 1998, del Estatuto de Roma (Conferencia sobre derecho internacional), cuya firma retiró el país del norte, por no coincidir con la facultad aplicada a la corte, de ejercer jurisdicción en los países denunciados, cosa que Estados Unidos cree tener como derecho abierto y lo vemos a menudo. La corte impera su jurisdicción, pero bajo la jurisdicción y leyes del país señalado.
LA IMPORTANCIA DE LA CPI, AVALADA POR LA ONU, CON CERCA DE 130 PAÍSES
La CPI surge ante la necesidad de tener un organismo penal internacional permanente, cosa que avaló la ONU pese a tener su corte internacional. A la fecha, la CPI ha tenido el apoyo de alrededor de 130 países integrados a la ONU, aunque los del veto, Estados Unidos y Rusia, entre ellos, se han negado a avalar. El primero, incluso, ha castigado a países que han firmado, a los que apoyaba con el envío de armas. Pese a los rechazos, que se extendieron al Estatuto de Roma y que duró varios años y fue reconocido hasta el 2002, la CPI sigue adelante. Está instalada en La Haya, en los países bajos y ahora tiene en sus manos vía África, la investigación de los crímenes de Israel a la que se ha sumado nuestro país. La vida de miles de inocentes, sobre todo niños, está en peligro.