Raymundo Jiménez/Al pie de la letra
Si resulta cierta la tesis del catedrático de la UNAM, Jacobo Domínguez Gudini, el portazo que le dio Andrés Manuel López Obrador a la senadora Xóchitl Gálvez en Palacio Nacional, habría sido planeado por el propio tabasqueño para bajarla de la candidatura a la jefatura de Gobierno de la CDMX y enviarla a la arena política nacional donde, según su opinión, no tiene posibilidades de ganar.
Su tesis, que me parece muy interesante y que transcribo casi textual, salió a relucir durante un desayuno al que me invitó el pasado lunes.
Domínguez Gudini me dijo que la votación en la Ciudad de México tiene una polarización tal que está en un 50-50. “Incluso hasta se puede ver en un mapa; 50 por ciento azul y 50 por ciento Morena. Con la ventaja de que Morena tiene demarcaciones de gran extensión territorial como Iztapalapa, donde tiene férreos controles por los niveles de pobreza y de dependencia, sobre todo con los programas sociales.
“Al momento en que el presidente López Obrador eleva a Xóchitl (atacándola y descalificándola) la está sacando de la contienda de la Ciudad de México. Por lo tanto, deja a la oposición sin un candidato viable para esa plaza. Y al llevarla al contexto nacional la deja sin posibilidades de ganar.
“Lo que hizo el presidente fue quitarle a la oposición una candidata en una zona de influencia clara y mandarla a una extensión territorial nacional donde no tiene posibilidades de triunfo”.
Domínguez Gudini agregó: “Es una jugada estratégica del presidente porque él creó a la candidata de la oposición para poderle ganar. Y también, para que la gente de la oposición se suba a esa candidatura y desplace a los liderazgos de los partidos y a sus desgastadas figuras como Beatriz Paredes o Santiago Creel. Es decir, a aquellos que son capaces de conectar, no con la gente, sino con los grupos de poder para llegar a acuerdos.
“Xóchitl Gálvez no haría ningún acuerdo con ningún grupo de poder porque ni siquiera los conoce. Entonces le quita los articuladores y los deja sin candidato a la presidencia. Es una gran jugada del presidente López Obrador como estratega.
“Lo otro tiene que ver con el debate teórico que representa Xóchitl. Ahora la pelea es por el sótano. Ahora el candidato para ganar, para convencer tiene que verse del pueblo, es el que viene de más abajo, la lucha es por ver quién es el marginado. Estamos derrumbando la meritocracia, la clase media. Ahora no importa qué estudiaste, qué puedes hacer o cuál es tu proyecto. Lo importante es que estés vulnerable o disminuido, lo importante es que seas vulgar o barbaján porque eso es lo que te da identidad. Tener un comportamiento incorrecto y salvaje.
“Y ese es el terreno del presidente, en ese terreno nadie le va a ganar; en eso él tiene la mayor legitimidad posible. Entonces eso fortalece mi primera reflexión: el presidente les pone a los mexicanos una candidata que la lleva al arrabal de donde él es el rey.
“Si la candidata es Xóchitl, la oposición habrá cerrado todas las salidas posibles de dignificación de la política. No volveremos a ver en un largo tiempo candidatos con proyecto, candidatos meritocráticos que quieran cambiar al país. Candidatos serios. Todo será lúdico y vulgar.
“Tendremos política de bufones y la pelea será por ver quién es el más roto entre los rotos. Y desde la tranquilidad del Olimpo, los grupos oligárquicos y de poder verán cómo en la arena o en el Coliseo se pelean los bufones. Y seguiremos teniendo los monopolios, contratos leoninos de empresas, careceremos de justicia tributaria y toda una serie de cosas que son importantes para el desarrollo de este país”.
El catedrático finalizó: “Estamos regresando a la política a una arena de arrabal. Por eso para mi, la candidatura de Xóchitl Gálvez representa el principio del fin; la extinción de una clase política ilustrada y referencial, porque no habrá lugar para los políticos articuladores o los que desean superarse, ver hacia arriba. Será la arena de los bufones… de los payasos’.
Hasta ahí la tesis del doctor Jacobo Domínguez Gudini, que pongo a tu consideración, lector.