Carlos Ramírez/Indicador político
Con el paso de los días queda claro que la presidencial del 2024 apunta para decantarse en torno a dos mujeres candidatas; cada una con el aval de uno de los dos grandes bloques en disputa.
Por un lado, Claudia Sheinbaum no sólo será la representante del oficialismo en las urnas sino la responsable de comandar el “Maximato” diseñado por López Obrador, para seguir mangoneando detrás del trono.
Y por el otro, la señora Xóchitl Gálvez encabeza hoy las preferencias opositoras, por encima de aspirantes como Enrique De la Madrid y Santiago Creel, quienes tendrán que dar una batalla titánica si quieren arrebatarle las preferencias a la senadora hidalguense.
Pero también es cierto que, al mejor estilo del “obradorismo”, desde Palacio parecen empeñados en “someter en un puño” la candidatura de las dos mujeres que podrían ser las finalistas en la boleta presidencial.
Y es que, a querer o no, la senadora Xóchitl Gálvez ha sido catapultada a las alturas de la popularidad política a causa de los berrinches, errores o los cálculos “maquiavélicos” de López Obrador y de su claque, que se empeñaron en victimizar a la hidalguense.
Y los mexicanos sabemos perfectamente lo que pasa cuando el poderoso aplasta al débil; cuando un aspirante al poder se convierte en víctima, sea por sus propios méritos, sea gracias a los malquerientes de extremo opuesto.
En cualquier caso, nos guste o no, hoy López Obrador mueve los hilos de la sucesión presidencial, no sólo en Morena, sino en buena parte de los partidos opositores.
Sin embargo, como lo dije ayer aquí, no han acabado los reacomodos y las traiciones rumbo al 2024 y, por ejemplo, Marcelo Ebrard abrió una rendija para advertir que no aceptará trampas y/o “chicanadas” en la consulta de Morena para elegir al sucesor de Obrador.
Curiosamente, Marcelo reaccionó al abrir una rendija de rebelión, justo el día que López destapó a Xóchitl Gálvez –en los hechos fue la ratificación de que Claudia Sheinbaum será la elegida–, y dejó ver que podría renunciar a Morena y buscar otro partido que cobije sus aspiraciones presidenciales.
A su vez, las posibilidades de Ricardo Monreal parecen cada día más menos alentadoras, ya que ha caído a un lejano cuarto y hasta quinto lugar en las preferencias, en la mayoría de los sondeos de opinión.
Y por eso volvemos a las preguntas aquí planteadas repetidamente.
¿Tendrán las agallas para dejar Morena y buscar cobijo en otro partido, los señores Marcelo y Monreal? ¿O de plano avalarán sin chistar la imposición de Claudia? ¿Veremos en Morena una rebelión como la que hace horas se produjo en el PRI?
Pero tampoco es novedad alguna la posibilidad de que Marcelo sea el motor de una rebelión contra Morena y contra el propio AMLO
¿Y por qué no es novedad?
Porque esa eventual rebelión la advertimos aquí el 26 de agosto del 2022, en el Itinerario Político titulado: “Marcelo y Monreal: la rebelión que viene”.
Así lo dije: “Para Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, la presidencial del ya cercano 2024 será lo más parecido a “la ultima llamada”.
“Es decir, la última oportunidad para alcanzar la codiciada y siempre anhelada postulación como candidatos presidenciales; estandarte que buscaron desde sus tiempos de priístas, perredistas y hoy “lopistas”.
“Y es “la última llamada” porque en seis años más –si es que no son bendecidos para el 2024, como lo sugieren todos los pronósticos–, Monreal y Ebrard serán desechos políticos de una de las peores etapas de la historia mexicana; la fallida gestión de AMLO.
“Peor aún, la del 2024 es una contienda en donde los dos veteranos de la política han sido sometidos a las más vergonzosas humillaciones en espera de lealtad total y abyección absoluta por parte del tirano López; el dictador que, incluso, llegó al extremo de motejarlos con el feo nombre de “corcholatas”.
“Por esas razones, hoy es posible pronosticar que tanto Ricardo Monreal, como Marcelo Ebrard no se quedarán quietos, tampoco callados y menos claudicarán en su última oportunidad de postularse al cargo presidente.
“Dicho de otro modo, resulta que en preparación para la decisión final; en espera del “dedazo de Palacio” que favorecerá a Claudia Sheinbaum, los señores Ricardo y Marcelo ya preparan el terreno, los escenarios y a sus respectivos equipos políticos para lo que será “su última carta”.
“¿Y cual será esa “ultima carta”?
“Nos referimos a la “rebelión que viene” y que seguramente llevará a Monreal y a Marcelo a la boleta electoral del 2024, a pesar de que la decisión los confronte de manera directa con López Obrador, el dueño de Morena y el único e indiscutible “fiel de la balanza” para elegir al sucesor”. (Fin de la cita)
¿Teníamos o no razón?
Por lo pronto volvemos a preguntar: ¿Tendrán las agallas Marcelo y Monreal, para enfrentarse a López Obrador?
Al tiempo.