La despolitización del pueblo y sus nefastas consecuencias
Justo cuando los radicales de Morena salían en defensa de Claudia Sheinbaum y arremetían en contra del secretario de Gobernación, Adán Augusto López, por los anuncios espectaculares en los que la jefa de Gobierno de la Ciudad de México aparece detrás del tabasqueño –lo que, según argumentaron, respondería a un delito llamado violencia política en razón de género, ya que “intenta construir una relación de significados en los que la mujer necesitaría de un hombre que la cuide y supervise en su actuar para que éste tenga el fin esperado, de lo contrario sugiere que sería imposible conseguirlo”–, en el Senado las veracruzanas Claudia Balderas, senadora propietaria, y su suplente, Tanya Carola Viveros Cházaro, fueron exhibidas por el vergonzoso rol que les hizo asumir el patriarcado de la Cámara alta del Congreso de la Unión en su afán por sacar al vapor el paquete de reformas que les urgió aprobar el presidente Andrés Manuel López Obrador.
De acuerdo con la crónica periodística de Leticia Robles de la Rosa, reportera del diario Excélsior, a pesar de que la senadora Balderas, quien andaba por Bruselas, Bélgica, se reincorporó formalmente como senadora en activo el 29 de abril, su suplente votó todavía entre las 00:00 horas y las 3:00 de la madrugada de ese mismo sábado las 13 reformas. O sea que durante tres horas el Senado, integrado constitucionalmente por 128 miembros, tuvo 129 senadores en activo.
El senador Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política, se atrevió a asegurar que las licencias y reincorporaciones de los senadores titulares pueden hacerse por hora, luego de conocerse que Claudia Balderas notificó su reincorporación al Senado a las 17:05 horas del 29 de abril. Sin embargo, la periodista investigó que el artículo 14 del Reglamento del Senado establece que las licencias y las reincorporaciones son por fecha; “es decir, por día, no por hora”, puntualizó.
Citó que, de acuerdo con dicho Reglamento, una vez aprobada la licencia del propietario, el presidente de la Mesa Directiva debe llamar al suplente para que asuma el ejercicio legislativo. Y una vez que rinde la protesta constitucional, entra en funciones hasta que el o la titular está en posibilidad de retornar al escaño senatorial.
“Para la reincorporación al ejercicio de las actividades legislativas, el senador con licencia debe informar por escrito al presidente de la Mesa, quien toma la nota correspondiente, notifica al suplente para que cese en el ejercicio del cargo en la fecha que se indique y lo hace del conocimiento del pleno, para los efectos legales conducentes”, estipula el artículo 14 del Reglamento del Senado.
Casualmente, la reincorporación de Claudia Balderas es una de las irregularidades que el bloque opositor ha tomado en consideración para presentar ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación la acción de inconstitucionalidad en contra de la llamada “noche negra” del Senado, en la que se aprobaron fast track 20 reformas, dos de ellas constitucionales. En sólo tres horas validaron 13 decretos, entre ellos los que desaparecen el Insabi, la Financiera Rural y el Conacyt.
Los senadores de Morena argumentaron que la sesión del 28 de abril terminó hasta la madrugada, pero era la misma sesión del viernes 28; es decir, no cuentan las tres horas de la madrugada del sábado 29, como es el criterio del llamado “reloj parlamentario”, que no existe en la Constitución, ni en la Ley Orgánica del Congreso General ni en el Reglamento del Senado, sino que es parte de un uso y costumbre que sólo aplica en el mundo interno del Poder Legislativo, pero que en diversos casos de amparos frente al paquete de Egresos de la Federación ha demostrado que no sirve para impedir que ciudadanos se amparen contra decisiones del Legislativo tomadas fuera de tiempo, refirió la reportera de Excélsior.