Crecimiento y fiscalización: segunda entrega
Mientras que en Nicaragua fueron prohibidas las procesiones en las calles con motivo de la Semana Santa, en México se preparan millones de personas para participar en el Viacrucis, especialmente en la alcaldía de Iztapalapa, donde por tradición se realiza una representación de la pasión, crucifixión y resurrección de Jesucristo. Esta es una tradición que se ha venido realizando durante muchos años (desde hace 180 años) solamente se suspendió durante la pandemia.
En las 14 escenas que representan la pasión de Cristo, participan personas de todas las edades, especialmente el joven de 24 años, David Uriel González Martínez quien representará a Jesús de Nazaret tendrá que cargar durante el viacrucis una cruz de madera que pesa alrededor de 100 kilos y lo hará bajo los intensos rayos del sol con altas temperaturas.
La representación del Viacrucis será el viernes 7 de abril a las 2 de la tarde y la crucifixión de Jesús será a las 3 de la tarde en el famoso Cerro de la Estrella.
Se espera con gran entusiasmo la celebración del Viacrucis, con una asistencia de más de dos millones de personas.
Para brindar seguridad a los asistentes, se contará con la vigilancia de más de 3 mil policías y participarán más de 2 mil empleados que coordinarán el evento.
PROHÍBEN LA LIBERTAD DE RELIGIÓN EN NICARAGUA
Lo que será una celebración importante para los católicos de México, no lo será para los católicos de Nicaragua, donde por órdenes del presidente Daniel Ortega fueron prohibidas las celebraciones de la Semana Santa con procesiones en las calles, por lo que únicamente podrán realizar celebraciones dentro de los templos.
Con esta disposición presidencial apoyada por la policía nacional, se prohíbe sacar a los santos a las calles desde el mes de febrero, por lo que no se podrán realizar ningún tipo de procesión en las calles.
Las razones que motivaron esta decisión del gobierno son que el presidente Daniel Ortega ha declarado que los sacerdotes son una mafia, lo mismo que los obispos, cardenales y el propio Papa Francisco.
De manera que las iglesias estarán abarrotadas y no podrán dar cabida a los miles de católicos que se reunirán en los templos, para celebrar la cuaresma y la Semana Santa, limitando la participación popular, por lo que estará incompleta la pasión de Cristo. Esta decisión, a todas luces inhumana, ha propiciado una suspensión de relaciones diplomáticas entre el Estado Vaticano y Nicaragua, por lo que ya no hay representación en este país centroamericano.