Bryan LeBarón/A 5 años, no dejemos solo a nadie
Contra todo pronóstico a principios de este año nos encontramos con la sorpresa de que teníamos como moneda un “super peso”. Desde los primeros días el peso mexicano fue ganando terreno con respecto al dólar lo que significa que las empresas importadoras o que hacen pagos en moneda extranjera se ven beneficiadas, lo mismo que aquellas que tienen créditos en dólares.
¿Pero cuáles son los factores que ayudaron al fortalecimiento del peso? En primer lugar, está el incremento de las exportaciones y en segundo lugar las remesas que reciben las familias mexicanas provenientes de sus parientes que viven en el extranjero. En tercero está la inversión extranjera directa, y luego el turismo, así como la visita del presidente Biden a México.
Solo por dar un dato fácil de digerir, el monto de las remesas llegó a 53,100 millones de dólares logrando un crecimiento anual del 13.5% y aunque es la segunda fuente de ingresos de México, es dinero contante y sonante que beneficia a la economía familiar.
Los primeros días el peso se cotizó en 18.94 unidades por dólar, es decir que bajó de los 20 pesos.
El comportamiento favorable del peso parece muy alentador para los mexicanos, sin embargo, el llamado super peso no ha beneficiado ni el bolsillo de la gente ni se ha recuperado el poder adquisitivo de las familias, toda vez que los precios no se han nivelado, sino por el contrario siguen al alza, como es el caso más visible de la gasolina, que está por arriba de los 23 pesos por litro la premium.
Además, si la entrada de capitales es la que beneficia al super peso, por medio de los bonos gubernamentales, esto no es garantía de que el tipo de cambio se mantenga, porque los llamados capitales golondrinos vuelan a donde mejor los traten con las tasas de interés. De modo que el peso podría mantenerse fuerte nada más los primeros dos meses del año, para luego volver a registrar una caída y regresar a los 20 pesos por dólar.
Señalan los expertos que cuando empiecen a bajar las tasas de interés del Banco de México y la Reserva Federal, habrá un “desacoplamiento” que afectaría a nuestro peso. De manera que en el mercado de divisas habrá incertidumbre, así que más vale no confiarse y cuidar el flujo de caja.
Por otro lado, que no nos engañen que esto es producto de la acertada política económica del gobierno, como también en el caso de una caída no será un fracaso económico por culpa del mal gobierno.
De igual manera nos debe quedar claro que el super peso no nos ayudará a sortear la escalada de precios de los productos, pero sí nos puede ayudar a que la gasolina baje de precio, toda vez que es de importación.
Así que a la pregunta de si es bueno para la población que el peso se fortalezca, la respuesta es que podría ser más barato salir del país a vacacionar, así como comprar productos del exterior, pero si no debes en dólares y tu vida diaria es dentro del país, tener un superpeso no nos servirá de nada y seguiremos padeciendo para surtir la despensa y cubrir los gastos diarios de la casa.