Pablo Jair Ortega/Columna sin nombre
La gran cultura inca ha vivido una debacle por largas épocas. Puede decirse que casi siempre. Desde la abrupta colonización de Francisco Pizarro y todos los avatares que sobrevienen cuando un entorno está dividido, ha imperado la incertidumbre. Solo en los últimos años ha habido seis presidentes del país. La situación ya convertida en convulsa y peligrosa tras la caída de Pedro Castillo, amenaza una inestabilidad que puede ser difícil de controlar, según los análisis de último momento. Y más cuando ya aparece la voz dictatorial de la gobernante de facto Dina Boluarte, para amenazar con toques de queda. Si nos retrotraemos a Alberto Fujimori, con un Sendero Luminoso ya instalado y los gobiernos posteriores con su propia hija en busca de un poder que ya tuvo a través de su padre, llegamos entonces al presidente del sombrero Pedro Castillo, con historias de corrupción, asaltos, uso de la ley para derrumbar los votos del pueblo y finalmente la imposición de nuevo de la derecha. No hay diferencia con épocas que fueron similares en la historia de Perú, igual que pasa en otros países de Latino América. Es lo mismo que se escucha en Bolivia, Venezuela, Ecuador. Argentina, cuando no está presente la dictadura asesina, como lo estuvo en este último y en Paraguay, Uruguay y otros. Manuel Ricardo Palma, el escritor peruano del siglo XIX, es, en su propia historia, la vida de avatares del propio Perú. Un hombre que vivió todo tipo de situaciones en un país convulso, en permanente lucha por el poder, en el que participaba y muchas veces pagaba las consecuencias. Quizá otros de la misma estirpe, como César Vallejo, José Carlos Mariátegui, José María Arguedas o Ciro Alegría vivieron situaciones similares, pero nunca como Palma.
RICARDO PALMA, EL ESCRITOR QUE VIVIÓ LO MISMO QUE HOY VIVE PERÚ
Considerado “el más peruano de los escritores”, el romántico Ricardo Palma haría a un lado al gran poeta César Vallejo, al premio Nobel Mario Vargas Llosa y a otros que han hecho el mérito de las letras, no solo por haber sido considerado un gran escritor y poeta, sino porque fue el que ocupó en su tiempo un lugar en la Academia Española de las Letras y también en Perú, donde dirigió por un tiempo la de su país. Pero la historia de este personaje singular y controvertido no se reduce a eso. En su persona se refleja lo que sucede actualmente en ese país de herencia ancestral, pero que sus diferencias políticas y raciales han fincado una divergencia que no se ha podido conciliar. Palma que tiene como heredero familiar en las letras a Clemente su hijo y a su hija Angélica pionera del feminismo, es la historia en vida de los enfrentamientos entre grupos políticos, de los golpes de estado algunos obtenidos, la represión y la cárcel y luego la libertad, los reconocimientos, para volver a caer en las mismas circunstancias.
LAS TRADICIONES PERUANAS DE PALMA, ALIMENTAN LA HISTORIA DE PERÚ
Al conocer su historia, uno piensa en Palma como en un ser inquieto, de esos que no parecen buscar la quietud en su vida. De su temprana adolescencia, ya hay poemas que escribía y los enviaba dedicados, luego llegó su libro clásico Juvenilia, palabra que dicen el inventó y después vienen textos, poemas diversos que lo hicieron destacarse a mediados del siglo XIX. Luego llegaron sus tradiciones peruanas de los siglos XVII, XVIII y XIX, que tanto han aclarado para las generaciones de ese país, una historia que ha estado fincada ante todo, en la invasión española del siglo XVI. Nacido en 1833, Palma murió en 1919 tras una agitada vida en la que hizo de todo. Sus críticos que lo reconocen como un gran escritor, no dejan de reconocer también su controvertido carácter, deslumbrado por tiempos por la abundancia de los ricos, con algunos de los cuales participó en busca de derrocamientos como ahora lo hacen muchos apoyando a los factores de poder derechistas que dominaban aquel Perú. En su vejez, ya calmado, terminó siendo un feliz bibliotecario que servía a la gente y recopilaba libros por doquier, lo que le endilgó el título del bibliotecario mendigo. Sus herederos en las letras, entre ellos el premio Nobel Vargas Llosa algo tienen de su carácter controvertido. Mario el personaje principal de las letras peruanas en este momento convertido en un ridículo marqués español, ha rechazado a su país, crítico en su momento de Pedro Castillo, ahora entregado a las mieles de las glorias de su vejez. Palma no traicionó a su país; recorrió la letras con todos sus géneros literarios, también hizo teatro, y al final humilde, generoso, quiso ayudar a los demás otorgando el saber a través de los libros. Claro, antes donó la historias fabulosas de sus tradiciones, cosa que Vargas Llosa ni siquiera ha hecho.