Jorge Robledo/Descomplicado
La reciente detención en Bahamas del llamado magnate de las criptomonedas, Sam Bankman-Fried ex director de FTX ha puesto a temblar a los inversionistas, que han decidido invertir en esta plataforma que ha colapsado, según autoridades de los Estados Unidos.
La caída sufrida por esta firma que está valorada en más de 32 mil millones de dólares ha puesto en riesgo a los tenedores de criptomonedas y él su exdirector podría ser procesado por un enorme fraude. Con la detención se procederá a buscar su extradición para responsabilizarlo a él y a quienes estén vinculados con FTX por haber violado la ley y haber defraudado al público inversionista.
En los distintos niveles ha habido un verdadero descontrol y FTX se ha gastado el dinero de sus clientes sin un adecuado plan de negocios. Aun cuando FTX no es la única plataforma de criptomonedas, sí es una de las principales en el mundo, de manera que, al dejar de devolver el dinero depositado a sus clientes, se han declarado en quiebra dejando, como se dice chiflando en la loma a los inversionistas de buena fe. No hay que olvidar que estas son monedas virtuales y que el negocio es intercambiarlas como un mercado de divisas, pero no hay control gubernamental.
Desde que nacieron las monedas digitales o criptomonedas (Bitcoin) en 2009, han ido adquiriendo popularidad y han ido naciendo nuevas monedas alternativas con distintas características como Ethereum, Litecoin o Dog. Estas son las más rentables.
El Banco de México se vio obligado por la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera, a emitir una regulación entre las criptomonedas y el sistema financiero; sin embargo, no puede haber una regulación excesiva, para que haya un sano intercambio de criptomonedas.
Esto se presta al lavado de dinero, financiamiento al terrorismo y por supuesto operaciones fraudulentas que generan pérdidas importantes a los consumidores o inversionistas impactando la estabilidad financiera.
Lo cierto es que los inversionistas están en riesgo, toda vez que las criptomonedas no se encuentran respaldadas por gobierno alguno, ni están aseguradas, de manera que los tenedores de este tipo de moneda corren un riesgo muy grande. En efecto no hay ningún costo por intermediación, pero tampoco hay quién responda.
La quiebra de FTX, operadora de la tercera criptomoneda más grande del mundo debe poner a pensar a los inversionistas y aun no se sabe qué es lo que va a suceder, porque la historia apenas ha comenzado. Mucho se hablará del tema y quizá habrá quien compre FTX y la gente se salve, pero todavía no hay nada seguro. Mientras tanto, hay que tener cuidado y buscar una buena asesoría para saber qué hacer, tanto para proteger sus inversiones en este rubro como para evitar caer en pánico y malbaratarlas.