Ricardo Alemán/Itinerario político
En esta nueva era la estructura familiar ha cambiado y como consecuencia la sociedad también, los roles en la familia ahora son distintos, en algunos hogares las actividades se comparten y los hijos han aprendido a respetar la jerarquía de padre y madre por igual, quienes a raíz del confinamiento han tenido que volverse maestros y guías, autoridad paterna o materna según sea el caso.
El mes pasado se festejó como cada 10 de mayo el día de las madres y este domingo 19 de junio se festeja el día del padre; sin embargo, sería conveniente que estos dos festejos se convirtieran en uno solo en que se festejara el día de los padres (padre y madre), toda vez que hay quienes por distintas razones adolecen de uno de ellos y de esta manera se les daría el mismo valor a ambos.
En esta ocasión les toca a los padres ser reconocidos no nada más como proveedores económicos, sino también como paradigma o ejemplo a seguir. La lucha diaria por mantener a una familia, por tener un empleo o un negocio propio obliga muchas veces al padre a que tenga que pasar varios días ausente, que su presencia sea menor que la de una madre. Sin embargo, hay padres que están presentes siempre, la mayoría son amorosos y comprensivos con sus hijos, se involucran en su educación y tratan de entender los conflictos por los que están atravesando las hijas y los hijos según sean sus edades.
El destino es incierto y muchas veces el padre no puede estar presente en fechas importantes como cumpleaños o aniversarios; sin embargo, esto no quiere decir que no sienta amor por sus hijos o que su familia no sea primordial, sino que debe cumplir con los compromisos laborales que son una obligación esencial para conservar el trabajo o la fuente de ingresos.
Los cambios que se han venido generando en la actualidad, hacen que un padre ayude también en las labores del hogar en su tiempo libre e incluso en la preparación de los alimentos. A veces la madre lava y el padre tiende; la esposa cocina y el esposo lava los platos sin sentirse mandilón, como luego dicen.
Los padres ahora tienen que participar más de cerca durante la gestación y durante el parto, acompañando a su esposa al ginecólogo o a realizarse los estudios que le sean recetados por su médico. Esto no se hacía en el pasado, ahora el padre interviene directamente en todo este proceso hasta el día del alumbramiento.
Su cercanía es tan importante que de eso depende que el parto resulte exitoso y no hay nada más emocionante que tomar en tus brazos al bebé recién nacido y sentir su calorcito y el latir de su corazón. Desde ese preciso momento es cuando un padre comienza a amar a sus hijos.
CUANDO LLEGUE TU PADRE
Anteriormente la mayoría de los padres eran ausentes, de manera que cuando uno de los hijos se portaba mal no había mayor amenaza para corregir, que decirle al hijo “Ahora que llegue tu padre ya verás cómo te va a ir”, de manera que el hijo mal portado le tenía pavor al padre y se escondía debajo de la cama o de las sábanas para hacerse el dormido y no recibir la reprimenda de papá.
La nueva paternidad es más sensible, más abierta y con mayor presencia en el crecimiento de sus hijos. El padre se tiene que enfrentar a una nueva tradición familiar y las empresas también se ven obligadas a ser más laxas con los trabajadores que acaban de tener un hijo para permitirles estar al lado de su esposa en el recibimiento del nuevo miembro de la familia.
Ahora quienes somos padres tratamos de ser más cercanos a nuestros hijos, les decimos cuánto los queremos y los abrazamos o les damos un beso; los escuchamos y tratamos de entenderlos, les damos apoyo y les pedimos apoyo. Los impulsamos y tratamos de no cortarles las alas cuando quieren volar.
Esto no quiere decir que no haya malos padres, claro que sí los hay, pero son los menos, porque la mayoría se han convertido en hombres ejemplares, que son un paradigma a seguir para los suyos. Buscan imprimir un equilibrio, sin dejar de ser proveedores o protectores y también símbolo de autoridad.
Los padres de ahora tenemos que actualizarnos, para estar acordes con esta nueva generación o normalidad, para que los hijos tengan un horizonte al que no teman y piensen que el futuro les espera con buenas oportunidades, pero que hay que esforzarse para alcanzarlas.
Un buen padre, por mucho trabajo que tenga, siempre se dará tiempo para estar cerca de sus hijos en los buenos y en los malos momentos, está dispuesto a dejar lo que está haciendo para acudir al llamado de sus hijos cuando lo necesiten.
La imagen paterna siempre estará a nuestro lado, sea presencialmente o como un recuerdo imborrable cuando ya no está entre nosotros. Un padre siempre será el modelo a seguir, el ejemplo y el guía, la comprensión y el reproche, el maestro de las cosas prácticas, que escucha y orienta, pero también es la autoridad. En resumen, un padre lo es todo en la vida y permanecerá en el recuerdo siempre como imagen imborrable cuando ya no está. Felicidades.