Teresa Gil/Libros de ayer y hoy
Enrique Quintana en su columna Coordenadas en El Financiero aborda un tema fundamental en la disputa por el poder para 2024: una oposición unificada. Acierta en señalar que no es un proceso sencillo y en que el Estado de México será la antesala para medir la voluntad política de las dirigencias partidistas hacia tal objetivo. La contienda entre un candidato oficialista y otro opositor favorece la alternancia; la fragmentación del voto opositor baja el umbral de triunfo en la elección presidencial de 50% más uno, a 40% o quizás menos, dependiendo de la competitividad de los contendientes y eso facilitaría el triunfo del partido en el poder.
Más que cuestión de números se trata de procesar los intereses políticos de los dirigentesy cómo se vean en el incierto y complejo futuro. El Estado de México es la medida del compromiso del PRI con el bloque opositor. Queda a la vista que los bonos y la credibilidad del tricolor aumenta al agruparse al bloque opositor. La cuestión es cómo procesar las precandidaturas. Hasta hoy la mecánica ha sido el acuerdo cupular, situación que se facilita cuando hay claridad sobre un candidato competitivo y coincide con el partido con mayor presencia o fuerza.
No es el caso del Estado de México. A más de un año de la elección, sí se perfila un candidato con mayores posibilidades de triunfo, Enrique Vargas, expresidente municipal de Huixquilucan y coordinador nacional de los diputados locales panistas. Sin embargo, el PRI gobierna el Estado y son explicables los prospectos dentro y fuera del gobierno local que aspiren a la candidatura, con la expectativa de ganar en la contienda. La realidad es que el alineamiento de los presidentes municipales, en términos demográficos, plantea un cuadro muy complejo, por la afinidad de muchos de ellos hacia el PAN en el poniente de la zona metropolitana de la ciudad de México.
Existe una fórmula para resolver la competencia, que las cúpulas de los partidos no favorecen, pero es la más eficaz para construir candidaturas ganadoras: elecciones primarias. Supone un nivel de madurez y compromiso de los competidores, pero si las condiciones del acuerdo cupular no garantizan unidad o solución plausible, la competencia abierta a los ciudadanos, con varias fechas de contienda regionalizada resuelve el tema de un candidato legítimo, competitivo y representativo. Requiere además de reglas y un árbitro confiable, conocedor e imparcial que bien puede ser el INE.
En el mejor de los casos, los partidos han optado por las encuestas como fórmula para resolver la competencia. Así lo hizo el TUCOM en 2005 para seleccionar el prospecto que competiría contra Roberto Madrazo. Resultó favorecido Arturo Montiel porque era el competidor más conocido a partir de su acuerdo con la cadena nacional de tv con mayor audiencia. Televisa y encuestadores se volvieron los electores. Ya en la contienda por la candidatura, la televisora dio vuelo a la denuncia de Madrazo sobre el enriquecimiento inexplicable de Montiel, quien terminaría por abandonarla.
Una elección primaria es la antesala para construir una candidatura; esto vale para la oposición en el Estado de México y, desde luego, en el país. Su ventaja es que permite que muchos prospectos ingresen a la competencia y que los resultados regionalizados vayan decantando a los realmente viables. Como toda contienda, golpes y contrastes son inevitables, pero se resuelven al momento de que el candidato ganador, legitimado por la contienda, en una gran convención con sentido de reconciliación y de unidad plural los integra como parte del proyecto futuro.
El principal incentivo para unificar a la oposición es el espectro de un nuevo triunfo arrollador del candidato o candidata de la coalición gobernante; el temor mayor, que en el montón pierdan lo que ya creen tener. La adversidad favorece la idea de una coalición, pero también el éxito electoral de que unidos pueden ganar. De esta manera lo que resulte de las seis elecciones de junio y la manera como se interprete lo ocurrido será determinante para crear la coalición opositora.
Federico Berrueto en Twitter: @Berrueto