Pablo Jair Ortega/Columna sin nombre
21 DE ABRIL, DE 1914 EN VERACRUZ: NUESTRA MEMORIA VIVA A TRAVÉS DE LA HISTORIA…
** Queridísimos Lectores: hoy les comparto fragmentos de lecturas imprescindibles, que no sólo los Veracruzanos deben conocer, sino el resto de mexicanos y extranjeros y revalorarlos y comprenderlos a la luz de lo que vivimos actualmente.
** Hechos del pasado que hoy se recuerdan en una “efeméride” que exalta la Secretaría de Marina Armada de México, la SEMAR, pero que no sólo pertenece a la hoy Heroica Escuela Naval de “Antón Lizardo” en Alvarado, la HENAL, sino que formó parte de toda una Generación de jarochos, de avecindados de otros pueblos veracruzanos y de otros estados del país; de la comunidad española residente: la de 1914 en Veracruz, que los marcaría para siempre.
** Les comparto fragmentos: reseñas sería imposible. Por tiempo y espacio. Sirvan para apreciar lo que de heroica y maravillosa tiene nuestra ciudad de Veracruz: emblema de pasión, de lucha, de amor y generosidad. Va:
LA INVASIÓN NORTEAMERICANA A LA CIUDAD, ASEDIO Y DESEMBARCO…
“Ningún civil de Veracruz tenía idea de que los estadounidenses fueran a atacar. Era tiempo de escuela, los niños estaban en clases. Cuando empezó el ruido de las armas, se dejó salir de la escuela a los pequeños, que luego corrieron agobiados por el pánico a sus hogares. Por lo menos a diez de estos inocentes les dispararon los […] yanquis hasta matarlos en el camino. Y al menos seis […] fueron asesinados en las calles…”
“No hubo advertencia. Pero los salvajes estadounidenses atacaron el puerto mexicano sin una palabra de advertencia, y dos de sus cañoneros lanzaron balas desde el puerto a todas partes de la ciudad. El 21 de abril de 1915, los ciudadanos de Veracruz hicieron una representación en memoria de los defensores de la ciudad. Se efectuó una ceremonia conmemorativa junto al monumento que marca el lugar donde veintinueve mexicanos cayeron. En otra parte de la ciudad, otro monumento había sido erigido antes para señalar el lugar donde cayeron cincuenta y cuatro mexicanos. Los periódicos locales reseñaron la historia de la ocupación estadounidense con gran amplitud, pero no mencionaron el número de mexicanos que habían muerto. –La razón- me dijo un mexicano- es que no podemos soportar la humillación de ver en una página impresa el número de personas de nuestro pueblo que fueron asesinadas…”
“LOS DIECINUEVE MUCHACHOS…”
“El 11 de mayo de 1914, una ceremonia muy vistosa se realizó en Nueva York en honor de “los diecinueve muchachos que dieron sus vidas por la bandera en Veracruz”. El testimonio directo de testigos oculares mexicanos, a quienes acabo de entrevistar aquí, es que también los estadounidenses ocultaron la magnitud de sus pérdidas. ¿Por qué? Suponiendo que en lugar de diecinueve hubieran muerto cien estadounidenses, ¿no se hubiera inclinado el público de Estados Unidos a pedir cuentas más estrictas al presidente Wilson por esta guerra no deseada? Todavía hay otra razón concebible”.
“Suponiendo que cien estadounidenses hubieran sido llevados muertos a sus hogares en Nueva York –y sólo diecinueve de ellos fueran muchachos blancos, ¡el resto negros, filipinos y panameños!_, no hubiera habido tanto sentimiento respecto de los heroicos muertos estadounidenses, ¿no es así? Mataron a muchos negros. Entre los 1 500 infantes de marina y marinos que llegaron a tierra en esa primera mañana, dicen los mexicanos que había varias compañías de hombres de color, la mayoría negros. También declaran que justo después de que gran número de barcadas de negros tocó tierra en cierto muelle, mientras los negros estaban todavía apiñados, una ametralladora mexicana les disparó y muchos de ellos murieron…¿Qué fue de ellos? No es bueno exhibir en Nueva York a los niggers muertos como héroes estadounidenses. Los mexicanos dicen que los negros sirvieron de alimento a los tiburones en el puerto de Veracruz…”
** “John Kenneth Turner. Periodista de México”, de Eugenia Meyer. Coedición Ediciones Era/UNAM, Facultad de Filosofía y Letras. Primera edición, 2005. Páginas citadas: 330/331/332.
RUMORES DE INVASIÓN…
“Alrededor de las diez de la mañana del 21 de abril de 1914, las escuelas de la ciudad suspendieron clases ante los rumores de invasión. Luz Nava, directora del Colegio Josefino, narró cómo una criada del consulado cubano que fue a recoger de improviso a las niñas del cónsul, le comentó muy nerviosa que los norteamericanos tomarían la plaza a las once…”
“Así describió Luz Nava el terror vivido ante las primeras agresiones: Los primeros disparos de fusilería nos anunciaron que comenzaba ya el combate entre americanos, federales y voluntarios. Eran las 11 horas y nosotros continuamos orando. De pronto una excitación nerviosa se apoderó de todas, nuestro espíritu comenzó a vacilar y las lágrimas y lamentos fueron a confundirse con el estrepitoso ruido de una ametralladora que había sido colocada en esos momentos al píe de un poste de luz eléctrica junto a la ventana del oratorio. El primer ruido era ensordecedor, las balas sentíanse caer como fuerte granizada estremeciéndose las paredes a la par de nuestros corazones. Yo no tengo frases para expresar esos momentos de perplejidad, de angustia, de terror […] de algo indecible…”
“Una vez desembarcados, los marinos tomaron el famoso Hotel Terminal, por órdenes del capitán Rush, y ahí establecieron el Cuartel General de las Fuerzas de Ocupación; también se dirigieron a la Aduana del puerto. Este hecho fue lo que más indignación causó a los porteños y provocó los primeros disparos de los alumnos de la Escuela Naval, de la población civil y de los presos que se armaron con lo que encontraron y con lo que pudieron en aras de la defensa de la patria. La resistencia emprendida por los veracruzanos fue valiente y heroica por la abismal diferencia en cuanto armamento, parque y número de hombres que fue muy superior en las poderosas fuerzas yanquis. Se calcula que el número de mexicanos muertos osciló entre 250 y 500, pero la cifra exacta es incierta…”
** “Mujeres en la historia de la ciudad de Veracruz. Primera mitad del siglo XX”, de Adriana Gil Maroño y María Luisa González Maroño. CONACULTA/INAH. Primera edición, 2015. Páginas citadas: 32/33/34.
** ¿A poco no se antoja seguir leyendo estimados? Ojalá puedan conseguir estos ejemplares. Y hay claro: muchas más lecturas sobre Veracruz. Historias y ficciones. Entre éstas últimas recomiendo ampliamente “Este era un gato” de nuestro querido escritor veracruzano Luis Arturo Ramos. Y no dejen de leer “México bárbaro” de J.K. Turner que de verdad, debería ser lectura obligada en la Enseñanza Media de todo México: en públicas y privadas. Nos ayudaría a entender la historia desde la perspectiva de un periodista, gringo sí, pero más mexicano por momentos, que muchos de hoy.
** Feliz y pacífico jueves.
DEL DICCIONARIO A LA DIABLA…
HISTORIA.-La gran Maestra, en movimiento perpetuo siempre.
APROPIACIÓN.-Es un recurso individual, colectivo y de instituciones: nos apropiamos de las historias y las hacemos nuestras y/o, las transformamos para construir narrativas a modo.
FUENTES.-Dícese en la Historia colectiva e individual, de los orígenes.