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CIUDAD DE MÉXICO, 19 de marzo de 2022.- El equinoccio de primavera se registrará este año el 20 de marzo, a las 09:33 horas, e indicará el momento en que el Sol cruza del hemisferio sur al norte.
En este día tarda el mismo número de horas por arriba del horizonte, que por debajo de este; es decir, la duración del día y la noche se equilibran.
De acuerdo con el doctor en Astrofísica e investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, Jesús Galindo Trejo, las personas no pueden percibir que cruza del hemisferio sur al norte, pero es atractivo observar cómo pirámides, palacios y demás estructuras arquitectónicas mesoamericanas se alinean a él, a su salida o puesta, en ese día.
“En el pasado no era fácil determinar, con exactitud, la duración del día o la noche, eso ahora lo sabemos; pero en las culturas antiguas la manera más fácil de entender que llegaba el equinoccio era cuando el Sol salía a la mitad de su trayecto aparente en el horizonte”, comenta.
El experto asegura que este evento astronómico fue identificado por las civilizaciones prehispánicas y muestra de ello son las múltiples edificaciones con concordancia al astro mayor.
Por ejemplo, en la Zona Arqueológica de Teopanzolco, en Cuernavaca, Morelos, existe una pirámide doble que en la parte superior tiene dos santuarios de entre los cuales sale. Otra manifestación similar ocurre en el Templo de las Caritas, en Cempoala, Veracruz.
“Esta pirámide posee murales que representan al Sol, la Luna y a Venus, mira hacia el mar y durante el equinoccio sale alineado a la pirámide”.
De igual forma, en la Zona Arqueológica de Xochicalco, Morelos, hay varias canchas de juego de pelota; en una se conservan los marcadores, que son dos aros de piedra empotrados en igual número de muros paralelos.
Están orientados a la puesta solar en el día del equinoccio, de tal manera que se puede observar cómo “se mete” en el centro de ambos.
Estas son pruebas reales de que fue identificado y adoptado arquitectónicamente por las culturas mesoamericanas, agrega el integrante del Sistema Nacional de Investigadores.
Sin embargo, precisa el experto en Arqueoastronomía del México Prehispánico, hay quienes aseveran que en Mesoamérica no se conocía el fenómeno, que es un concepto e invención occidental.