Carlos Ramírez/Indicador político
Con mi indeclinable solidaridad para Ciro Gómez Leyva.
Unos pocos analistas de medios, que presumiblemente trabajan en favor del futuro de identificados, o identificada, precandidatos (a) presidenciales, han tratado de comparar, con una mala leche por demás vulgarzona, a Marcelo Ebrard con otros funcionarios floreros del gabinete de AMLO como fueron los defenestrados Olga Sánchez Cordero, Irma Eréndira Sandoval o Josefa González Blanco.
Y esos mismos escasos comentócratas tratan de ubicar a Ebrard en la misma línea de sobregiro en la que incurrieron personajes de alto calado como Julio Scherer Ibarra, Santiago Nieto Castillo o Arturo Herrera.
La verdad es que los hechos demuestran que ninguno de los ex funcionarios antes mencionados, floreros o sobregirados, tuvieron el cuidado de leer e interpretar los actos del presidente López Obrador como su muy merecido “estilo personal de gobernar”.
En cambio, Marcelo Ebrard, con más oficio y cultura política que los defenestrados en lo que va del sexenio, ha entendido que su jefe, que es el único que decide quién funciona y quién le falla dentro de su equipo y, en consecuencia, procede a removerlos o premiarles según el caso, ha demostrado que cumple su función institucional a partir de la lectura de que es evidente que al presidente le fascina ejercer su indivisible encargo tomando en muchas ocasiones las claves que encierra la saga de Luis Spota conocida como la Costumbre del Poder.
Spota inició la narrativa de la Costumbre del Poder haciendo una ficticia revelación de la manera en que el Tlatoani en turno va modelando el “retrato hablado” de quien habrá de ungir en su momento como su sucesor.
Spota da cuenta con gran intuición de observador acucioso de la Costumbre del Poder en México de que no siempre el personaje más cercano al afecto presidencial resulta ser finalmente el elegido.
No lo fue con Luis Echeverría el institucional de Mario Moya Palencia. Tampoco resultó favorecido el gran prospecto de las hermanas de José López Portillo, Javier García Paniagua, y el proclamado resultó ser Miguel de la Madrid.
De la Madrid dijo que Alfredo del Mazo representaba en su ánimo “el hermano que nunca había tenido”. Pero ese afecto no fue suficiente para llevarlo a la Silla del Águila. Y el investido resultó ser Carlos Salinas de Gortari.
Con esa lectura del estilo personal de gobernar de López Obrador, Marcelo Ebrard juega de acuerdo a las reglas no escritas del sistema político mexicano, tanto su papel de eficiente y polifacético Canciller, como el de un político profesional que sabe que lo único que no le está permitido es realizar acciones, abiertas o conjuradas, que contravengan las decisiones del estilo personal de gobernar de su jefe político e institucional.
Y todo indica que el Canciller Ebrard no cometerá los errores de ser retador del Tlatoani que cometió Manuel Camacho, ni los actos de manifiesta y sobregirada seguridad de Mario Moya Palencia.
Poco tendremos que vivir para saber qué tanto le funciona a Marcelo Ebrard su lectura de La Costumbre del Poder que tanto fascina, repetimos, en el ejercicio de su encargo da su jefe Andrés Manuel López Obrador.
EN TIEMPO REAL.
1.- Hoy rinde su informe como presidente de la sala del tribunal electoral de la circunscripción con sede en Monterrey, el magistrado Ernesto Camacho Ochoa. Han confirmado su asistencia al evento el gobernador neoleonés Samuel García y el alcalde regio Luis Donaldo Colosio Riojas.
2.- El próximo 2 de marzo se celebrará el cónclave del Consejo Coordinador Empresarial para elegir al que será el sucesor de Carlos Salazar. Participarán solamente los siete dirigentes que integran dicho organismo. Se han registrado como aspirantes el expresidente de Concamin Francisco Cervantes Díaz, que se perfila como el favorito de la cátedra, y el ex del Consejo Nacional Agropecuario, Bosco de la Vega Valladolid, ligado al grupo radical donde militan personajes del talante de Gilberto Lozano dirigente de Frenaa.
3.- El alcalde de Silao, Carlos García Villaseñor, se prepara para recibir a un poderoso grupo de inversionistas europeos y asiáticos que proyectan la construcción de nuevos parque industriales y desarrollos habitacionales que cumplan la demanda en esos aspectos que tiene Silao, el municipio que se distingue como uno de los tres primeros que más impuestos federales genera en el país.