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XALAPA, Ver., 11 de enero de 2022.- Los recursos naturales son el otro negocio de los grupos criminales y la explotación de éstos es lo que no permite el crecimiento turístico del estado.
En los límites entre Veracruz y Puebla se observa esta problemática que autoridades municipales salientes solaparon hasta el último día.
Tal es el caso de Pancho Poza, una reserva ecológica ubicada en el municipio de Altotonga, pues a pesar de que estuvo cerrado al público durante la pandemia, la explotación no paró.
Ernesto Ruiz Flandes fue el presidente municipal antecesor a Nacho Morales, quien tomó posesión este 31 de diciembre de 2021, y durante la administración de éste, policías municipales fueron descubiertos incurriendo en abuso de autoridad y extorsión.
Esto último fue descubierto por la administración estatal actual, al haber quejas de cobros para ingresar a la reserva ecológica; éste fue uno de los motivos por los que los policías fueron traídos a la capital veracruzana para someterlos a controles de control y confianza.
Hay opiniones encontradas sobre el turismo en este lugar
Las opiniones sobre el tema dividen a la población; los ambientalistas prefieren que este lugar no sea masivamente visitado porque con ello se daña, al haber un incremento de basura; y por otro lado están los vendedores y comerciantes, quienes diariamente viven de este sitio.
En el lugar fue colocado un estacionamiento, sin contar con los permisos necesarios, que estaba recibiendo un aproximado de 5 mil pesos diarios, estimando el cobro de 80 pesos por vehículo, sin contar con que el lugar estaba en un proceso legal.
Los vecinos del sitio conocen bien el problema con un extrabajador del Ayuntamiento, quien aprovechó su trabajo para tomar una propiedad que estaba intestada y convertirla en un sitio que le hiciera ganar dinero a costa de un área natural.
Incluso, saben que es mejor no decir nada y no meterse con el propietario, ya que hace uso de sus trabajadores, quienes están armados para amenazar a la población y aunque ya se había clausurado este lugar, él volvía a abrirlo. Al menos hasta el pasado sábado por la noche, cuando elementos de la policía acudieron una vez más a pedir que respetara la clausura.
Otro caso es la Laguna de Alchichica, perteneciente al municipio de Tepeyahualco, Puebla, y que tiene colindancia con el municipio veracruzano de Perote, ahí los comerciantes ubican a supuestos integrantes de grupos criminales que mantienen tomada la “seguridad” del Parque Laguna de Alchichica y aprovechan los puntos entre ambos municipios para ocultarse.
“Aquí después de las seis ya valiste”, dice uno de los comerciantes del lugar. Y eso es justo lo que el turismo también sabe y por ello optan por conocer de día la mágica laguna y huyen antes que obscurezca.
Incluso, cuentan que uno de “ellos” quiso colocar un muelle donde supuestamente tendría lanchas para rentar y así los visitantes tuvieran un paseo, y rompió parte de las rocas salinas sin tener al menos un permiso para ello.
Hubo resistencia y eso les ocasionó un problema mayor de inseguridad. Los comerciantes viven temerosos de en un algún momento pueda ocurrirles algo, e incluso acusaron que estos criminales se escudan en gobiernos veracruzanos.