Andi Uriel Hernández Sánchez/Contrastes
Resulta contradictorio y hasta cierto punto curioso que para la compraventa de la refinería Deer Park ubicada en el estado de Texas y propiedad de la empresa petrolera Shell, se haya requerido de la autorización del gobierno de Estados Unidos, mientras que el gobierno mexicano no tomó en cuenta ni al congreso, ni al senado y mucho menos a los mexicanos para tomar la decisión de adquirir la participación gringa para lograr tener el 100 por ciento de la mencionada refinería.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha celebrado que ya cuenta con el dinero para concretar la adquisición de la refinería Deer Park, en tanto Petróleos Mexicanos se encuentra en una situación económica muy difícil, lo que se ve reflejado en el pésimo estado en que se encuentran las instalaciones de la empresa petrolera propiedad de la nación.
Al contar ya con los recursos para sufragar la compra a la empresa Shell, se ha informado oficialmente que en enero del 2022 se concretará la operación de compra, aun cuando nunca se consideró este recurso ni en el presupuesto recientemente aprobado para el próximo año y mucho menos se ha dicho de dónde se tomarán los recursos.
“Ya tenemos el dinero” dijo el presidente y que se echará mano de un crédito puente otorgado a Pemex, apalancado por las instituciones bancarias Banorte, Barclays y SMBC por 500 millones de dólares. ¿Pues no que Pemex está en bancarrota?
El monto de la operación es de 596 millones de dólares y que se procesarán 340 mil barriles diarios de crudo, con lo que se pretende el aumento de venta de combustibles de Pemex, pero seguramente estos combustibles se le venderán a México, de manera que será una especie de auto compra de gasolinas.
Sin embargo, con los costos aduanales y los impuestos por importación, sería más negocio vender estas gasolinas en los Estados Unidos que traerla a México, por lo que nuestro país no se vería beneficiado realmente de modo que seguiremos importando gasolina, pero de otros proveedores.
No hay que olvidar que los gringos no dan paso sin huarache, así que la refinería cuya participación inicial fue adquirida por Pemex en 1993 ya no le es productiva a la empresa Shell Oil, por lo que decidió vender su parte al gobierno de México que cree que esto es una mejor decisión que reparar las refinerías mexicanas ya instaladas o construir otra a la par que la de Dos Bocas.
Actualmente la refinería Deer Park produce por día 110 mil barriles de gasolina, 90 millones de barriles de diésel y 25 millones de barriles de turbosina, que en adelante serán parte de los ingresos de Pemex, lo que seguramente vendrá a beneficiar las finanzas mexicanas.