
Raymundo Jiménez/Al pie de la letra
“El amor y el dinero no se pueden esconder”, reza el adagio popular en México, sabio de los tiempos de siempre, en que el pueblo se deja llevar por el sentido común, algo que falló a la pareja de Santiago Nieto, hoy titular de la UIT y su esposa Carla Humphrey, consejera electoral del INE, quienes estoicos o faltos de quien sabe que, pusieron a prueba y en peligro la continuidad a todo el proyecto de la Cuarta Transformación, incluida la sucesión presidencial en el 2024, con Claudia Sheinbaum, ante la incautación de 25 mil dólares a la ahora ex titular de turismo del gobierno de la ciudad de México, Paola Félix Díaz.
¿Pero qué fue lo que pasó, a que se debió el exceso de un funcionario que tenía todas las confianzas del presidente AMLO, y que por algunas circunstancias raras traicionó a los principios de Morena, de no robar, no mentir o de no traicionar? Que está en duda por el momento. Y la duda mata, dice la gente.
Se trató posiblemente de una falta de cálculo y de excesos imprevisibles en los resultados ocasionados por pretender ocultar algo tan simple como una boda que se pudo realizar en cualquier salón de eventos de la ciudad de México o del país.
Por ahí se pudo detectar algo, que aún no sale a la luz pública, pero que el presidente, que está muy bien informado, y como de “parvulitos” diría el profesor Carlos Hank González, como es que se atrevieron a viajar en un avión privado y con una cantidad de miles de dólares que no fueron reportados.
La duda de ese dinero mata, y por eso el extremo de las medidas para apagar de inmediato el problema que se pudo traducir en algo más grave, como el de poner a prueba al político tabasqueño y a la 4T en la lucha en contra de la corrupción, la impunidad y los abusos de poder.
Pero la prueba de fuego, para el presidente Andrés Manuel López Obrador y la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, ha sido superada de forma magistral y sin miramientos, las renuncias de Santiago Nieto titular de la UIT y de Paola Félix Díaz, secretaria de turismo en la capital del país, fueron recibidas de inmediato y sanseacabó el problema.
Ahora sólo falta como en los viejos tiempos del salinismo, saber de quién era el dinero y cuál era su destino.
Por el momento nadie lo sabe, y menos se podrá decir, pero las suspicacias son muchas, un dinero procedente de México y que no se declara al gobierno de Guatemala, lugar sede de la boda fatal de Santiago Nieto, quedando en un dilema, pero en la realidad pronto se tendrá que saber cuál era su destino.
Ahora, cual fue la causa de realizar una boda en Guatemala, la hermeticidad, la privacidad, la secrecía o la luna de miel de una vez entrados en la fiesta ante el temor de los ataques de grupos delincuenciales o mediáticos, posiblemente se especula.
Quién sabe lo que haya sido, pero el resultado de la fatalidad de dicha boda con los daños inesperados, impredecibles y sorpresivos por la magnitud de los resultados negativos a varias carreras políticas y del servicio público en México, en la realidad, duele y mucho, porque el ahora ex titular de la UIT se desempeñó como pez en el agua en el gobierno de AMLO y con una fuerza inaudita que ningún otro funcionario en su momento pudo llegar a tener con las revisiones de cuentas en México y en el extranjero de propios y extraños.
El abogado y ex legislador de izquierda de toda la vida, economista y aliado del presidente AMLO de muchos años en la lucha política Pablo Gómez, entra al relevo en la titularidad de la Unidad de Inteligencia Financiera, un personaje con mucha calidad moral y de trayectoria impecable en el servicio público de muchos años.
El asunto es molesto y de mucha jiribilla política, puso a prueba al presidente AMLO, y como un experto en ese tipo de casos, de inmediato cortó por lo sano, y sin miramiento alguno, el mensaje que se percibe es de que al político tabasqueño no le tembló la mano en el momento de la difícil decisión de quedarse sin el Messi en la cancha, como lo fue Santiago Nieto.
Pero, pronto metió a la cancha a un relevo de experiencia como Pablo Gómez a quien el secretario de gobernación, Adán Augusto López Hernández, como va le tomó la protesta de rigor, a quién de inmediato subsana y corrige sobre la marcha el problema, a lo que ningún gobierno escapa en el orbe, porque como dicen “ojos vemos, corazones, no sabemos, Andale, sin problema. Así las cosas