Los enemigos del pueblo
El 9 de septiembre del año pasado, en el municipio de Tezonapa, en la zona centro de Veracruz, fue asesinado el periodista Julio Valdivia, reportero de la nota roja del diario El Mundo de Córdoba.
El cuerpo del periodista apareció decapitado y con huellas de tortura, lo que motivó que el entonces subsecretario Interino del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Ken Cuccinelli, y la Delegación de la Unión Europea en México condenaran este horrendo crimen. Inclusive, a través de su cuenta de Twitter, el funcionario de la administración del todavía presidente Donald Trump comentó que “esto parece terrorismo, presumiblemente fue una advertencia para otros reporteros”.
Por su parte, la Unión Europea en México externó sus condolencias y solidaridad con la familia y amigos del periodista veracruzano victimado. “La muerte del Sr. Valdivia demuestra una vez más el preocupante grado de violencia e intimidación al que se enfrentan muchos periodistas en México”, difundió la representación europea que, además, expresó su preocupación por la falta de resultados en las investigaciones abiertas para esclarecer casos anteriores de asesinatos de periodistas en México.
“Reiteramos nuestro llamado a las autoridades mexicanas competentes para que desplieguen todos los esfuerzos posibles y lleven a cabo una investigación expedita y transparente con el fin de identificar y juzgar a los responsables para que no haya ‘zonas de silencio’ donde ningún periodista se atreva a trabajar”, expusieron.
El crimen de Valdivia se sumaba al de otros 23 comunicadores asesinados en el estado de Veracruz durante los últimos 15 años. Además, era el octavo periodista al que le arrebataban la vida en México en 2020.
Antes de Valdivia, en Veracruz, fue asesinado el 2 de agosto de 2019 el corresponsal del diario “Gráfico de Xalapa” en el municipio de Actopan, Jorge Celestino Ruiz Vázquez, de cuyo homicidio le fue imputada la autoría intelectual al desaforado alcalde panista José Paulino Domínguez Sánchez, actualmente prófugo.
Y el 30 de marzo de 2020 fue acribillada en Papantla la periodista María Elena Ferral, cuya hija María Fernanda de Luna Ferral denunció que la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas (CEAPP) se deslindó inexplicablemente de su protección pese a las amenazas que desde meses antes había venido recibiendo.
La mañana de ayer, en Ixtaczoquitlán, también en la zona centro del estado, fue ejecutado el periodista y locutor Jacinto Romero Flores, quien hace seis meses había sido amenazado por publicar los abusos policiacos cometidos en el municipio de Texhuacan, en la sierra de Zongolica.
El 7 de junio pasado, fecha en que originalmente se instituyó el Día de la Libertad de Prensa en el sexenio del ex presidente Miguel Alemán Valdés, Romero Flores publicó que “en Orizaba el día que se te ocurra tomarte en serio practicar la Libertad de Expresión hasta ese día llegaste, te van a llamar con un teléfono prestado, escucharás del otro lado una voz con acento costeño y te va a decir: ‘a ver si le vas bajando de huevos ehhh, tas avisao cabrón’. Cuál libertad???…”
Este jueves lo silenciaron.