
Raúl López Gómez/Cosmovisión
El presidente AMLO, experto en política y de todos los vericuetos de los sótanos del poder. pasa de una cosa a otra, en el clásico juego distractor, pero que sobre todo atrae a las masas, y más aún a los detractores, opositores y enemigos que los tiene cautivos y hasta preocupados con su estrategia de comunicación en su conferencia de prensa mañanera de la que no dejan de estar pendientes por el dilema del “amor-odio”, siempre inexplicable
Ahora, a todos los que tiene comiendo de su mano, entre propios y extraños, los pone a pensar en el juego sucesorio.
Los movimientos magistrales de manos como “Mago”, con el clásico de donde está la bolita, soltó los nombres de a quienes los pone en la palestra, a los que considera que son presidenciables, y con eso de nuevo sube el rating mediático.
En la lógica de la auténtica democracia de los partidos políticos y sin querer verse como el dedo elector, pero que en la realidad lo da a entender del peso de una decisión a su propia sucesión, dio los probables al mencionar a Claudia Sheinbaum, Tatiana Clouthier, Esteban Moctezuma, Marcelo Ebrard, Rocío Nahle y Juan Ramón de la Fuente, dejando sin considerar a dos elementos clave, y que será a los que se esté cuidando y protegiendo del ruido mediático y de la propia compencia: Ricardo Monreal y Zoé Robledo.
AMLO, está concentrado en lo político, en el arte de persuadir o de mandar las señales equivocadas (como en el béisbol) para distraer a todos. Ese juego ya está muy visto en este país y no es nuevo.
Es el viejo estilo del tapado, de soltar varios nombres y exponerlos al golpeteo mediático para ver cuánto resisten.
Decir, que por ahí va el bueno o la buena, pero al final la señal puede cambiar y así será. Al tiempo.
Y como lo dijo, don Fidel Velázquez, en el destape de Luis Donaldo Colosio en los Pinos a finales de noviembre de 1993 en tiempos salinistas: “Nos adivinó el pensamiento Señor Presidente”.
Lo real es que a Zóe Robledo, se le esté protegiendo para la grande, y por necesidad urgente de salvar a la ciudad de México, Ricardo Monreal, experto en la operación política, entrará al relevo (para salvar el juego) como candidato en 2024 o interino antes, según la urgencia de la situación.
También, lo cierto es que el presidente AMLO, en la cancha de la política, puede jugar hasta sin balón, porque el ciclo de Morena continuara tres años más de su mandato, y los seis más de otro sexenio de continuidad con alguien ganador o ganadora de una elección, con lo que contempla a todo un ciclo de cambio en la política mexicana con la Cuarta Transformación.
Al político tabasqueño, le salen bien las cosas, incluso tiene a un país en calma en la gobernabilidad con tranquilidad y austeridad financiera, con una burocracia más ordenada y sin la necesidad atemorizante de antes de los cambios, ahora con la tesis de los “abrazos y no balazos”, simplemente está funcionando el sistema, a pesar de todo lo que quieren ver como malo, y a diferencia de los tiempos pasados de quienes se lanzaron a una guerra, y con resultados altamente catastróficos, y muchos daños colaterales de víctimas inocentes de forma desafortunada.
A pesar de los malos presagios el país va caminando, de pie y con mucho presente y futuro, de enfrentar a la peor pandemia en la historia de la humanidad.
Ya se ha dicho, que el programa social y del campo en el mandato de AMLO, va recomponiendo el dañado tejido social, y ahora niños, jóvenes, mujeres, personas con capacidades diferentes y personas de la tercera edad, son primero.
Con trabajo, educación y cultura el país está cambiando, esto, tiene muy molestos a los adversarios políticos y enemigos gratuitos, los que simplemente no tienen por donde hacer frente a Morena.
Los opositores devaluados y desgastados por el pasado, con una unidad efímera o muy lejana, de los que no se ponen nunca de acuerdo en una alianza de partidos viable y un aspirante a ser candidato para los contrapesos, simplemente no sé ve, para poder hacerle frente a AMLO y la Cuarta Transformación, que van en caballo de hacienda y por la sombrita. Así las cosas.