Carlos Ramírez/Indicador político
Primero lo primero: los grandes ausentes del informe de Palacio.
Y es que, sin proponérselo, el presidente mexicano convirtió su “noveno informe” de gobierno en remedo del “quién es quién” de sus mañaneras.
Es decir, una compilación de medias verdades y mentiras completas.
Así, por ejemplo, los pobres no acudieron al informe de López Obrador, a pesar de que se instalaron en el grupo social más numeroso en México, al pasar de 50 a 65 millones de mexicanos que cayeron en pobreza.
Y no se digan los pobres extremos, que tampoco tuvieron lugar en el festejo de “los 3 años de la victoria”, a pesar del potente “primero los pobres”.
Pero tampoco habría existido lugar suficiente en Palacio de haber sido invitados millones de desempleados que perdieron su ingreso a causa de las políticas económicas fallidas del gobierno de López.
Tampoco asistieron los niños enfermos de cáncer y sus padres, a pesar de que las víctimas infantiles ya suman más de 5 mil.
Menos existió un lugar para las mujeres y hombres –adultos en general–, que también padecen cáncer y que de igual manera mueren por miles en un gobierno criminal como el de López Obrador.
Por razones entendibles no fueron invitados a Palacio los miles de mexicanos enfermos de diabetes, que requieren diálisis, además de tratamientos y medicamentos especiales.
No hubo lugar en Palacio para los millones de ciudadanos que enfrentan otras enfermedades cuyos medicamentos no existen en México desde hace 31 meses, sea en instituciones de salud pública, sea en farmacias privadas.
En la primera fila de invitados al informe de López Obrador tampoco hubo lugar para las familias de las víctimas de las casi mil masacres que se han producido en México en los primeros 31 meses del gobierno de López.
Peor aún, el mandatario mexicano negó la existencia de tales masacres, como si negando la realidad, la violencia criminal desapareciera.
Y los grandes ausentes de “los tres años de la victoria” lopista son los deudos de casi 100 mil muertos a causa de la violencia y el crimen.
Violencia criminal que coloca a México entre los países más violentos del mundo y con el mayor número de cárteles criminales que se disputan el 40 por ciento del territorio nacional.
A pesar de esa realidad, López se limitó a decir que no creció el número de grupos criminales, muchos de ellos aliados de su gobierno.
De manera irresponsable, en el informe de Palacio también se olvidó mencionar los graves errores presidenciales en el manejo de la pandemia; fallas que causaron 250 mil muertes, según las cifras oficiales y 700 mil vidas perdidas, según cifras extraoficiales.
¿Imaginan a los familiares de casi un millón de víctimas de la pandemia, convocados a Palacio para el informe presidencial?
Simplemente el dictador de Palacio ignoró a esos millones de mexicanos abandonados a su suerte, por un gobierno irresponsable.
Pero lo más cuestionable, sin embargo, es que el presidente presumió que no faltó una sola cama para atender la pandemia.
Más aún, resulta impensable que entre los invitados al informe pudieran estar los deudos de más de 30 periodistas muertos en el gobierno de AMLO.
Y lo peor del caso es que resultó notoria la ausencia de una sola mención para frenar la agresión y muerte de periodistas en México; una de las promesas que tampoco cumplió López, para quien el mejor periodista es el periodista callado o muerto.
Los millones de empresarios que cerraron sus negocios a causa de la política económica fallida del gobierno de Obrador tampoco fueron invitados al informe de Palacio, lo que confirma el desdén oficial por aquellos que crean el 90 por ciento del empleo, que son pequeños y medianos empresarios.
Pero también es justo decir que, en efecto, hubo notables invitados especiales al más reciente informe de Palacio.
¿Y quienes fueron esos invitados de lujo?
Sí, la simulación, el montaje y la abyección ocuparon un lugar estelar en el informe de Obrador.
Y es que desde la ridícula llegada del presidente en un austero auto –a pesar de que vive en Palacio–, hasta la sumisión dictatorial del gabinete y de los gobernadores de partido oficial, el informe no fue más que un grosero montaje para elogiar al “Rey de México”
También ocuparon un lugar estelar, la mentira, el engaño y el cinismo.
Y la mejor prueba es que poco más del 80 por ciento de lo expresado por López Obrador, en su informe ilegal, resultaron afirmaciones falsas, engañosas y/o afirmaciones cínicamente distorsionadas.
Al final, el informe “por el tercer aniversario de la victoria” de López resultó un revelador ejercicio del éxito de la más potente política pública del actual gobierno.
Sí, los mayores éxitos son las políticas del engaño, la mentira y las patrañas oficiales.
Al tiempo.